En lo 100 años de la Revolución de Octubre.
22/04/2017
Ruben López

//Como siempre un aniversario, debe servir más para reflexionar que para conmemorar, ya que el mejor homenaje no es el simple recuerdo, sino    revalorar el legado, en este caso el pensamiento y la acción de un revolucionario.

Revalorar, rever críticamente, estudiar a fondo y aprender, no dar nada por sabido, dudar, ese es uno de los principales legados, de Lenin y de sus maestros. Pero también nos dejaron un método, principios firmes, un análisis del capitalismo y de su etapa imperialista, la convicción de que la clase obrera, los trabajadores, deben enterrar esta sociedad de explotación, sustituyéndola por un nuevo orden social de justicia, solidaridad, liberado al fin.

Las enseñanzas de la revolución.

Entre tantas, en las Tesis de Abril de 1917, Lenin nos dice: “el proletariado carece del grado necesario de conciencia y organización” , el poder está en manos de la burguesía.

Analizar “la peculiaridad del momento” y definir las tareas que lleven a la clases subalternas a elevar su conciencia, unidad y organización. En un “momento” no hay condiciones, pero la misión de quienes dirigen es mirar el proceso en movimiento, los cambios, inevitables hacia un lado u otro, y saber analizar la correlación de fuerzas -nacional e internacional- para elegir la estrategia, el programa, los movimientos tácticos, cual es el enemigo principal, la amplitud y profundidad que permita acumular fuerzas al campo popular.

Hoy deberíamos tomar en cuenta, no la letra -en una situación tan distinta a la nuestra-, sino el método de análisis y el eje que las mueve, siempre los ojos puestos en las masas, explicar de modo paciente :

 “Explicar a las masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario ... nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz .....(y que) sobre la base de la experiencia, las masas corrijan sus errores.”

Propone, tema tan enjundioso como liquidar el aparato burocrático-militar:

“Supresión de la policía, del ejército y de la burocracia.”

Y otro aparentemente menor -que surge en la Comuna de París:

“La remuneración de los funcionarios, todos ellos elegibles y amovibles en cualquier momento, no deberá exceder del salario medio de un obrero calificado.”

O temas de fondo, que en cada lugar y momento se debe analizar como avanzar:

“Nacionalización de todas las tierras del país….
Fusión inmediata de todos los bancos del país en un Banco Nacional único….
instauración del control de la producción social y de la distribución de los productos
…sometidos al control de los Soviets de diputados obreros, campesinos y soldados.”

Queda claro que la cuestión es avanzar hacia una democracia radical, donde las decisiones se tomen en los organismos de Poder Popular, donde participa directamente el pueblo trabajador.

Ayer como hoy, existió un divorcio entre las masas y quienes la representaban. Analizar estas circunstancias es una tarea de la máxima prioridad, pues el sacrificio de tantos millones de hombres y mujeres, caídos por la libertad, no puede ser en vano, y el presente de miles de millones debatiéndose entre la miseria y la pobreza, no admite demoras.

Pero. ¿Ahora la tarea es formar soviets, para tomar el poder?

No, ahora la cuestión es definir que se puede hacer con un gobierno de izquierda. Y eso significa poner los ojos en las masas, ¿que necesitan, que quieren, cuales es su nivel de conciencia, de organización? ¿Que pasa en la región y en el mundo? ¿La oligarquía, el imperialismo, la burguesía media y pequeña?

¿Cuanto es posible avanzar en el programa? Que una a las clases subalternas y aísle a la clase dominante.
Podríamos definirlo así: ¿hasta donde ir debilitando la gran propiedad privada y promover la propiedad social, bajo distinta formas? Y ¿hasta dónde se profundiza la democracia, fortaleciendo instancias de Poder Popular, como ser la Comunidad Local participando en las decisiones?

Por ejemplo, no hablemos de disolver las Fuerzas Armadas, pero llevamos 10 años tratando de limitar sus privilegios en cuanto al sistema jubilatorio.

Sobre las remuneraciones, establecer para los funcionarios políticos y de confianza “no deberá exceder del salario medio de un obrero calificado”, pero que los cargos científicos, profesionales, técnicos imprescindibles sean contratados por concurso, abonando lo necesario. Y eliminar el doble empleo, para cargos de confianza, gerencias y profesionales que ejercen en el ámbito privado.