Hacia las elecciones departamentales de mayo de 2010

Ruben López

Nuevamente estamos discutiendo en torno a las  candidaturas, ahora rumbo a las elecciones municipales de mayo de 2010.

Se plantea que lo importante es el programa, no el candidato, pero eso no está tan claro. No es que no sea lícito impulsar elementos programáticos y candidatos propios por parte de los sectores, pero los argumentos esgrimidos, que la prensa multiplica y muchas veces deforma, parecen más preocupaciones sectoriales o personales, alejadas de las responsabilidades para con la fuerza política y con los sectores populares que  se pretende representar.

 Es en este sentido que es necesario e imprescindible la discusión y elaboración de un nuevo proyecto de país, una visión estratégica para todo un período:

 “…, en este mundo globalizado y caótico, las actualizaciones programáticas de nuestro FA comenzarán a delinear en forma más precisa el carácter de la sociedad que aspiramos a construir, apoyados en la experiencia de nuestra propia historia, así como de la región y del mundo. Habrá que pensar más en el carácter de esa sociedad y en las vías para alcanzarla. Tendremos que ir delineando un proyecto, …. será una construcción colectiva, … en todos los ámbitos de nuestro FA, en sus órganos de conducción, en sus bases, en sus espacios de estudio y elaboración programática, …. Habrá que dar respuestas a la pregunta: ¿Qué país, que sociedad, nos proponemos construir?. ……………………………..

“Mi propuesta es que se establezcan dos objetivos: uno, delinear el proyecto de país como programa de largo plazo, de tal manera que los programas de gobierno se conciban como aproximaciones; y  dos, proyectar la estructura del Frente acorde a las nuevas realidades, sustituyendo la actual, absolutamente anacrónica.” (1])(Wladimir Turiansky)

 Y debemos agregar, en los tiempos que vienen una dura batalla ideológica, cultural, por ganar la cabeza de grandes masas.

 Por ello el fortalecimiento del Frente Amplio, la elaboración del proyecto estratégico para el mediano y largo plazo, ganar a las grandes mayorías para las ideas de un cambio radical y democrático, la superación y fortalecimiento de la organización, imprescindible para llevar adelante esas grandes tareas, con la participación de todos.

 Es en ese marco, de las tareas para el largo plazo, que debemos encarar los desafíos del presente.

 Volviendo al principio, el surgimiento de personalidades destacadas en los distintos lugares, ganando la adhesión de la gente o gozando de gran popularidad por su gestión, se transforman en un capital político para el FA, que no debe ser tirado por la borda, por estrategias sectoriales y  acuerdos puntuales dada una correlación de fuerzas coyuntural, relegando, disminuyendo, atentando contra el crecimiento de otros, sólo por el hecho de no pertenecer a un sector.

 Las candidaturas.

 El afán de protagonismo de  sectores y compañeros está bien, necesitamos debatir ideas, propuestas, programas, formar cuadros, proyectarlos como los verdaderos representantes de los intereses populares, que tengan la confianza de la gente, por su capacidad, por su honestidad, por su trabajo y espíritu de sacrificio, por el respeto hacia los ciudadanos. También aprendiendo de ellos.

¿Que impide elegir democráticamente titular y suplentes que conformen, además, el comando para la campaña electoral? ¿No es posible que esos tres o cuatro candidatos naturales compitan internamente y aquellos que queden relegados, pasen a ser los primeros en el equipo de gobierno?

 

¿Alguien piensa que nuestro pueblo no valorará como se debe tal gesto de desprendimiento personal, espíritu democrático, de respeto, primero hacia sí  mismo, hacia los adversarios coyunturales, y fundamentalmente  hacia los frenteamplistas, el pueblo todo, que tiene fundadas esperanzas en nuestra fuerza política?

 El consenso es una buena cosa. Los altos porcentajes para tomar resoluciones también, son una forma de no aplastar a las minorías, cumpliendo el objetivo de preservar la unidad.

 ¡Pero que decir del espíritu revolucionario, democrático, unitario, de desprendimiento, la ausencia de todo cálculo menor en aras del objetivo final, compartido, del compromiso de apoyar, sin vacilaciones una resolución tomada por la mayoría!

Se enaltece quién es capaz dejar algo, en aras de lo fundamental: los principios, el proyecto común, la unidad.

 ¿Que nos puede dar más fuerza, respeto, adhesión de la ciudadanía? Candidatos distintos –votar sin poder elegir-; o nuestros mejores candidatos en una lista, haciendo campaña en todo el departamento, con un solo programa, un solo discurso, siempre contemplando las distintas realidades.

 El Programa. Por una democracia radical.

Participación popular, involucramiento de la sociedad civil.

Una democracia radical, en  lo económico, social y político.

 En lo económico, optando por nuevas formas de apropiación por parte de la sociedad civil, propiedad social que eleve el papel del trabajador en la organización de la producción, de la apropiación del conocimiento, de la gestión, que asegure la redistribución del ingreso, la democratización de la sociedad.

 En lo social, la participación más amplia del conjunto de los trabajadores en todos los ámbitos de la producción, el trabajo, y  los ciudadanos en los lugares donde se decide su destino y el de su familia; el barrio, los centros de enseñanza, los centros culturales, de deportes, los gobierno locales.

 En lo político, el fortalecimiento del FA, la participación, la profundización del programa hacia un nuevo proyecto de país, ganar la conciencia de las grandes mayorías para los cambios radicales y democráticos, la transformación de la fuerza política en la herramienta para llevar a cabo esas grandes tareas.

 El Comité y los frenteamplistas: actores relevantes

El Comité de Base debe convertirse en un actor político, referente de la zona, por su compromiso, su papel relevante en la búsqueda de soluciones a los pequeños y a los grandes problemas. Pero además, en una actitud proactiva, estudiar la realidad de cada lugar para poder transformarla, con un programa local que atienda todas las realidades.

Las nuevas formas de participación que se expresaron en los últimos actos electorales, con fuerza e irradiando optimismo y confianza en las posibilidades de las nuevas generaciones –también de los más viejos- y en las nuevas tecnologías puestas al servicio  de la causa popular.

 Esencial será la participación tanto dentro de la fuerza política como en los más amplios ámbitos sociales, dando cabida a nuevas formas organizativas, que incluyan las redes y sus nuevas formas de comunicación y de información. El nivel de desarrollo de una democracia radical, estará dado por la mayor o menor participación de los ciudadanos en ese proceso, de su compromiso con el mismo. Esto hace necesario y sólo será posible a través de un gran cambio cultural en la conciencia del individuo transformándose en ciudadano sujeto de derechos. Construir los ámbitos democráticos donde participar, ser parte de una nueva hegemonía cultural, social y política.

 Hacia estas nuevas elecciones departamentales, donde además se eligen por primera vez alcaldes en cada municipio definido por la nueva ley, se hace necesario llegar al ciudadano, al vecino, con una visión abarcadora de cada lugar.

 Por ello debemos levantar en cada lugar los candidatos con más posibilidades de desarrollo, aquellos que mas se han destacado, que quizás más adelante puedan aspirar a los cargos de mayor responsabilidad en la república.

Cualquier lugar que ocupe un militante del FA, debe servir para su formación, su promoción, llegando hasta donde de su capacidad intelectual y de liderazgo.

 No sería bueno que mayorías circunstanciales permitan a sectores del FA, elegir su candidato en base a acuerdos que releguen a otros, sin una instancia amplia para tomar las decisiones, relegando una vez más a la masa frenteamplista.

 Por eso nos permitimos plantear nuestra opinión en la actual discusión sobre las candidaturas.

La actuación destacada de Daniel Martinez al frente de Ancap primero, del Ministerio de Industrias después y por último su precandidatura a la presidencia, proclamada por el Congreso del FA.

La actuación de Marcos Carámbula en Canelones, la enorme adhesión de la población a su gestión, el hecho de haber encabezado una opción en las internas, u Oscar de los Santos en Maldonado, también con una alta adhesión de la población, los demás intendentes del interior, deben ser valorados

 El reconocimiento público hacia estas personas, su prestigio, que el FA no debe dilapidar, sino promover. No por quienes son, ni por el sector al que pertenecen, sino por sus cualidades personales. Sin entrar en comparaciones, pero siguiendo la mejor historia del FA, como en su momento lo fueron Seregni, Crotoggini, D’Elia, Tabaré, Mujica, Astori, Arana,  hay que promover a quienes se destacan por sus condiciones. El tiempo y los hechos dirán  quien nos representará mejor en las máximas responsabilidades.

 Aquellos cuadros frenteamplistas que han cumplido con su cometido en distintas responsabilidades deben ser  tendidos en cuenta. En todo caso, donde no hay consenso, encontrar los mecanismos más simples y democráticos, de acuerdo a los tiempos, en que participe la mayor cantidad de electores posible, incluyendo la utilización de las nuevas tecnologías de la información.

 Montevideo. Uruguay. 04/01/2010

 [1] Ganar el hoy y asegurar el mañana. Wladimir Turiansky. www.quehacer.com.uy