La historia no hace concesiones* | CNN

Revolucionario ruso nacido en Simbirsk en 1870, tuvo en la pobreza de su infancia y la ejecución de su hermano, enviada por el régimen zarista, el detonante de una rebeldía que lo llevó a convertirse en uno de los grandes hombres del siglo XX.
Hizo el bachillerato e inició la carrera de derecho en la Universidad de Kazán, de donde fue expulsado en 1887 por su participación en disturbios estudiantiles. Finalmente terminó sus estudios profesionales en San Petersburgo.

Descontento con el régimen zarista de Rusia, que mantenía al pueblo al margen de las oportunidades de desarrollo, y con el odio que le había despertado en 1881 la ejecución de su hermano Alejandro, acusado de haber participado en un atentado contra el zar Alejandro III, se adhirió a los círculos marxistas. Sin embargo, fue también víctima de la persecución del régimen y en 1897 fue aprehendido y deportado a Suiza.

En el exilio fundó el periódico "Iskra", que le sirvió de plataforma para sus ideales políticos que llevaban la intención de incitar al pueblo contra el régimen zarista.
Aunque de sobra sabía que las organizaciones revolucionarias rusas se oponían a su ideología extremista, en 1905 pretendió forzar el curso de los acontecimientos, anticipando una revolución proletaria a la revolución burguesa, según sus planteamientos. El resultado: un rotundo fracaso.

Al margen de su fallida intentona, el otro fracaso, el militar de Rusia en la guerra contra Japón, sí ocasionó inconformidad y protestas airadas. Y en este contexto, enmarcado por la negativa del zar Nicolás II para virar hacia un régimen más justo, Lenin se convenció de que sólo a través de las armas podrían coronarse los reclamos populares.
Exiliado nuevamente después de su fracaso armado, regresó a Rusia en abril de 1917 para reorganizar a los bolcheviques en el contexto de una situación favorable: la guerra contra Alemania había cobrado ya millones de vidas y empobrecido más al pueblo ruso, que con protestas callejeras manifestaba su descontento porque a costa de su bienestar se financiaba el conflicto armado.

El enojo del pueblo llegó a un extremo tal que tras registrarse alzamientos, incendios y liberación de presos, el zar Nicolás II se vio obligado a abdicar.
Aunque no fueron los revolucionarios quienes iniciaron el movimiento, Lenin supo aprovechar la situación para reclamar el todo por el todo, y el conflicto pasó a convertirse en una guerra civil. Sin embargo, el movimiento bolchevique de Lenin no fue capaz de demostrar su fuerza en aquellos momentos, y el líder debió salir huyendo de Rusia, disfrazado, para cruzar la frontera con Finlandia.
Regresó poco tiempo después y para noviembre, en medio del caos político, él y los bolcheviques tomaron el poder.

Lenin había prometido una paz inmediata y la obtuvo, pero a costa de ceder una cuarta parte del territorio ruso. La medida recibió críticas al principio y después acusaciones y protestas en las cuales era acusado de traidor por haber vendido Rusia a los alemanes.
Pese a todo, siguió en el poder, enfrentando la encendida oposición de sus correlegionarios revolucionarios, los mencheviques. Al terminar la guerra civil hizo el intento por implantar las teorías marxistas, que pretendían trasladas la gestión de la propiedad a los trabajadores.

Y lo logró, aunque con algunos inconvenientes. A su muerte, ocurrida el 21 de enero de 1924, los bolcheviques dominaban el escenario en el gobierno ruso.