El Chasque Nº 73

A 151 años del nacimiento de Lenin.
22 de abril.


Hay que recorrer las experiencias y las enseñanzas de los trabajadores y pueblos en su afán por construir un nuevo orden social, libre de explotación.

Las ideas fundantes en el Siglo XIX de Marx y Engels vieron confirmadas sus hipótesis sobre la sociedad capitalista. No ha sido un camino fácil, desde el Manifiesto Comunista de 1848, la primera Internacional y el asalto al cielo de los comuneros de París, primera y corta experiencia de un gobierno proletario (apenas 70 días), las luchas obreras en toda Europa y América fueron forjando la experiencia que culmina con la conquista del poder, la alianza obrera y campesina en el reino de los zares en octubre de 1917. Proceso que termina poco más de 70 años después, producto de profundos errores que lo retrotraen al capitalismo.

La caída de la URSS y el campo socialista europeo, en los 90, detuvo un proceso ascendente en el mundo, desde 1917, de las fuerzas del proletariado y las clases subalternas.

Pero a 30 años de la implosión, no se ven las bondades del capitalismo, en esencia el sistema no ha cambiado, sigue con las mismas patologías, sólo que aumentadas.
Y la respuesta sigue siendo: la destrucción de las estructuras caducas y su sustitución por un nuevo orden de propiedad y gestión social, de solidaridad y justicia, donde el hombre no sea más lobo del hombre.

Marx y Engels se erigen triunfantes, a poco más de 200 años de su nacimiento, mostrando la validez de sus profundos estudios de esa última escala del modo de producción basado en la propiedad privada de los medios de producción, fin de la prehistoria de la humanidad, hacia la sociedad del pan y de las rosas.

Lenin en su época analizó y descubrió como la libre concurrencia se transformaba con los cárteles, trusts, monopolios. La fusión del capital industrial con el bancario da paso al capital financiero, es la época del imperialismo, fase superior y última del capitalismo, afirmó.

Ese poder, la competencia despiadada entre naciones, las crisis sucesivas, la necesidad de mercados y materias primas llevó al mundo a dos grandes conflagraciones mundiales con millones de muertes, destrucción de capital y a la vez mayor concentración de la riqueza.
Tras la primera guerra mundial, el triunfo de la primera revolución proletaria en la atrasada Rusia, luego de la segunda guerra, la formación del campo socialista y consolidación de Estados Unidos como primera potencia imperialista.

Hoy la financiarización en el mundo, la concentración de capital, la multiplicación de la miseria y la pobreza no tienen límites. A más de un año de la peor pandemia que ha asolado al mundo, las ganancias y la riqueza de los más ricos aumenta sin cesar por miles de millones de dólares, mientras la crisis sanitaria y económica sume aún más en la pobreza a cientos de millones de personas.


El Legado de Lenin.
Táctica

“La táctica del proletariado debe tener en cuenta, en cada grado de su desarrollo, en cada momento, esta dialéctica objetivamente inevitable de la historia humana; de una parte, utilizando las épocas de estancamiento político o de la llamada evolución “pacífica”, que marcha a paso de tortuga, para desarrollar la conciencia, la fuerza y la capacidad combativa de la clase avanzada; y, de otra parte, encauzando toda esta labor de utilización hacia la “meta final” del movimiento de esta clase, capacitándola para resolver prácticamente las grandes tareas al llegar los grandes días “en que se condensen veinte años”. Dos consideraciones de Marx tienen en este punto particular importancia: una, de la Miseria de la Filosofía, se refiere a la lucha económica y a las organizaciones económicas del proletariado; la otra pertenece al Manifiesto Comunista y se refiere a sus tareas políticas. El primer pasaje dice así: “La gran industria concentra en un solo lugar una multitud de personas, desconocidas las unas de las otras. La competencia divide sus intereses. Pero la defensa de los salarios, este interés común frente a su patrono, los une en una idea común de resistencia, de coalición…Las coaliciones, al principio aisladas, se constituyen en grupos y, enfrente del capital siempre unido, el mantener la asociación viene a ser para ellos más importante que la defensa de los salarios…
En esta lucha -verdadera guerra civil- se van uniendo y desarrollando todos los elementos necesarios para la batalla futura. Al llegar a este punto, la coalición adquiere un carácter político”. Ante nosotros tenemos el programa y la táctica de la lucha económica y del movimiento sindical de varios decenios, de toda la larga época durante la cual el proletariado prepara sus fuerzas “para la batalla futura” V. I. Lenin

La situación actual en el mundo.
La crisis del capitalismo en su fase imperialista, sigue profundizándose, no es un oráculo donde está escrito el futuro, es el análisis de la realidad, de un sistema, si se quiere la genialidad de Marx para encontrar sus leyes internas y que seguirán vigentes mientras su esencia siga viva: la propiedad privada de los medios de producción y la necesidad de quienes no son propietarios de vender -lo único que tienen- su fuerza de trabajo para sobrevivir.

El capital ficticio
Sigue más fuerte que nunca el reino del capital ficticio, la economía de casino, la especulación, muy por encima de la economía real, la producción de mercancías.

¿De dónde salieron los 5 billones de ganancia? De los papeles, las emisiones de los Bancos Centrales que se realizan para impulsar las inversiones productivas y van a parar a los bolsillos especulativos.

El Método
Lo que nos deja Lenin, es un método, analizar las distintas clases, las fracciones de clase, los intereses que los mueven. Así en 1905 se pregunta:
” ¿Que se propone el actual movimiento campesino en Rusia? Conquistar la tierra y la libertad” “liberarse de los terratenientes y los funcionarios del Estado”1

La cuestión es, cuales son las necesidades de los campesinos y cómo entroncar sus reivindicaciones con las del proletariado para afirmar la unidad obrero-campesina, única forma de avanzar en la revolución democrática para derrocar el zarismo, más otros sectores democráticos de la pequeña y media burguesía.

“¿Puede el obrero conciente olvidar la lucha democrática en aras de la lucha socialista, o viceversa? No, el obrero conciente se llama socialdemócrata precisamente porque ha comprendido la relación que existe entre una y otra lucha. Sabe que el único camino para llegar al socialismo pasa por la democracia, por la libertad política. Por eso tiende a la plasmación completa y consecuente de la democracia a fin de alcanzar el objetivo final, el socialismo.
¿Por qué no son iguales las condiciones de la lucha democrática y de la lucha socialista? Porque en una y otra la lucha los obreros tendrán infaliblemente aliados distintos. sostienen la lucha democrática junto con una parte de la burguesía, sobre todo la pequeña burguesía. Sostienen la lucha socialista contra toda la burguesía”2

Hoy los politólogos y no pocos políticos de derecha e izquierda hablan de un empate entre el FA y la coalición de derecha, contando los votos de 2019, pero esta es la superficie, sin mirar en la profundidad de la sociedad y los hechos.

Más, si seguimos un análisis más profundo, vemos que la clase obrera, asalariados, trabajadores informales, cuentapropistas, cooperativas, más los micro y pequeños empresarios y los campesinos, representan alrededor del 90% de la población activa, y son las víctimas verdaderas de la desenfrenada concentración de capital y transferencia del excedente económico hacia el Gran Capital. Ellos representan las fuerzas de la revolución democrática, llamados a unirse para terminar con el sistema injusto que los domina.

Por otra parte la clase dominante -en el mundo y América Latina- ha demostrado su incapacidad para administrar los “negocios” de la humanidad y asegurar un desarrollo sustentable. Los enormes avances científicos y técnicos, el aumento de la productividad del trabajo, la capacidad instalada en la industria y la tierra cultivable, los enormes subsidios -varias veces billonarios- que reciben las élites mundiales, no va a satisfacer necesidades, sino a engrosar sus fortunas, como lo reconocen sus propias cifras.

La imposibilidad de la burguesía media -también víctima del Gran Capital financiero- de revertir el proceso de concentración de capital, tras un utópico Estado de Bienestar donde se incrementen salarios y ganancias indefinidamente. Se ha visto claramente su fracaso en las experiencias europeas socialdemócratas y el los procesos progresistas en latinoamérica, limitados por contradicciones expresadas en la voracidad del capital financiero.

Stiglitz, eminente economista, no sospechoso de izquierdismo, dice:
“Tan sólo unos años atrás, una poderosa ideología  –la creencia en los mercados libres y sin restricciones- llevó al mundo al borde de la ruina.
Incluso en sus días de apogeo, desde principios de los años 80 hasta el año 2007, el capitalismo desregulado al estilo estadounidense trajo mayor bienestar material sólo para los más ricos en el país más rico del mundo. ..”

La democracia
Estas apreciaciones de Stiglitz muestran, además, lo difícil de sostener la Democracia, cuando es tan desigual la distribución de la riqueza. Ni existen los “mercados libres” ni puede existir la “expresión y decisión libre” de los ciudadanos, con la existencia de un pequeño grupo dueño del Capital, las comunicaciones, los estados, las fuerzas reprsivas.

Para Lenin no era posible la lucha por el socialismo sin la lucha por la democracia.

Sustituir la dictadura de una minoría (los propietarios) sobre una mayoría (asalariados y campesinos), por la dictadura de la mayoría sobre la minoría. Esta es la esencia de la teoría de Marx. Un nuevo orden social, con la conquista de la democracia “más completa y más consecuente.”

“En vez de instituciones especiales de una minoría privilegiada (la burocracia privilegiada, los jefes del ejército permanente), puede llevar a efecto esto directamente la mayoría, y cuanto más intervenga todo el pueblo en la ejecución de las funciones propias del Poder del Estado tanto menor es la necesidad de dicho Poder.”

Retomando, si hay un empate entre izquierda y derecha es porque, engañados, un alto porcentaje de los explotados eligen que los gobiernen sus explotadores. Esto hay que denunciar incansablemente, esclarecer la verdadera estafa, y por ende, la necesidad de la organización política, con los trabajadores a la cabeza de la lucha de todo el pueblo en un proceso democrático avanzado.

La confianza en la clase obrera y el pueblo
Lenin tenía una gran confianza en la capacidad de los trabajadores y el pueblo para resolver, sobre todo en los momentos álgidos de la lucha de clases. A la vez, inculcaba la necesidad del Partido, de fortalecerlo como herramienta imprescindible para enfrentar a un enemigo muy poderoso.

Quienes se permiten ignorarlo, sustituyéndolo por distintos movimientos sociales, enfocados en la resistencia, alejándose de la lucha por el poder -el poder económico representado por la propiedad de los medios de producción y su escudo legal, el Estado- le hacen un flaco favor al pueblo, pues lo alejan de la herramienta para su liberación. Otra cosa -que sin duda hay que hacer- es estudiar, aprender y corregir los errores y horrores en los procesos de construcción de Poder popular.

Por otro lado están quienes siguen apostando a “domar” al capitalismo, un “capitalismo bueno” con reformas que lleven a un “Estado de Bienestar”, donde salarios y ganancias crezcan indefinidamente, lo que dificulta y retrasa la comprensión de la verdadera contradicción que ya señalamos antes.

Otros, pensamos que es necesario impulsar la unión de las fuerzas sociales, de los distintos movimientos, en un programa que refleje sus intereses materiales: clase obrera, asalariados, cooperativistas, las llamadas capas medias cultas, (intelectuales, profesionales, artistas, estudiantes), cuentapropistas, trabajadores y productores directos en la informalidad, micro, pequeños e incluso medios empresarios de la ciudad y el campo, campesinos.

Como señalara Lenin en las condiciones de Rusia, la revolución democrática y socialista se convertirá en un sólo proceso si es dirigida por la clase obrera, en aquella situación esencialmente la unidad obrero campesina, en la actualidad y dependiendo del país en América Latina, las clases, capas sociales y movimientos populares.

Como sostenía el Gal. Seregni:
“o la oligarquía termina con el pueblo, o el pueblo oriental termina con la oligarquía”

¿Que momento político vivimos?
El gobierno de Lacalle empuja para cumplir su programa, bajar los costos y los salarios para favorecer la acumulación de capital, con la excusa que es la única forma de repartir después entre los más débiles (para repartir hay que crear primero). Apoyar a los malla oro, para no apagar los motores de la economía. No se detiene ni ante la pandemia desatada que ha hundido en la pobreza y la misera a cientos de miles.

Un problema para definir una estrategia en el FA, es haber utilizado parecidos argumentos por parte del equipo económico de Astori en los gobiernos de Vázquez y Mujica, que todavía se sostienen sin una autocrítica, por ejemplo:

Que la inversión privada es lo único que puede proporcionar empleo, si invierten tienen que ganar, que lo privado es más eficiente que lo público, que el Estado es burocrático y corrupto, el capital se autocontrola, etc.

Al no enfrentar el eje de la política regresiva del gobierno, confundimos con propuestas parciales y la idea de hacer una oposición responsable.
¿Responsable con quién? ¿Con el capital monopólico, las calificadoras de riesgo, con las revistas especializadas y la prensa internacional que nos aplaudió y nos aplaude?
¿Nos detuvimos a pensar por qué nos aplauden?
Porque en ningún momento pusimos siquiera un pequeño límite al Gran Capital. Apostamos a la gran inversión privada para generar empleo y sostener la economía, sin analizar si era posible (o lo es) otra política económica que tuviera a los trabajadoras y al pueblo como centro.

Nunca fuimos irresponsables. Ponerse del lado del pueblo de sus intereses -que no son el lucro, la ganancia, la acumulación de riqueza- comer, vivienda, salud, educación, cultura, tener una vida digna, para muchos es irresponsable, es “populista”. Para la derecha prometer que si los capitales crecen en manos de unos pocos, al tiempo va a derramar sobre todos, no es populismo, demagogia, engaño simple o una estafa, pues al cabo de los años nos explican que hubo factores imprevistos y que “por ahora” no se “derrama nada”, que hay que seguir alimentando al malla oro. Quien mire un poco la historia del mundo y la nuestra, verá cuantas veces se ha repetido este verso.

Autocrítica y perspectiva
Es necesario procesar el balance y autocrítica de los 15 años de gobierno del FA, también de las seis décadas del proceso de unidad de la izquierda en Uruguay.
Y debatir, que perspectivas, que propuestas. ¿Administrar o superar el capitalismo?

¿En que consiste: “romper la “máquina estatal existente” y “la “conquista de la democracia” más completa y más consecuente”? como planteara Marx

Anótese que decía democracia, completa, consecuente.
No es como imaginan las mentes reaccionarias, destruir todo lo que existe, sumir a la sociedad en la anarquía, la violencia, el caos; todo lo contrario. es ir al encuentro de una sociedad que finalice con su contradicción más flagrante y causa de todos su males: la apropiación privada de los medios de producción, el obsceno enriquecimiento de unos pocos y la explotación y la miseria para la mayoría de la humanidad.

La experiencia de la Comuna, de los Soviets, nos dieron infinitud de elementos para la construcción de una nueva sociedad, de los aciertos y errores. Como Marx aprendió de la Comuna de París, a nosotros nos tocará aprender del triunfo y la implosión de la URSS, que merecen el análisis más profundo.

Pero mientras, vayamos a la Comuna y sus enseñanzas. Las reflexiones de Marx y Lenin nos pueden ayudar al análisis de nuestra propia experiencia:

“la abolición de todos los gastos de representación, de todos los privilegios pecuniarios de los funcionarios, la reducción de los sueldos de todos los funcionarios del Estado al nivel del “salario de un obrero”

“.. funciones del antiguo “Poder del Estado” se han simplificado tanto y pueden reducirse a operaciones tan sencillísimas de registro, contabilidad y control, ..asequibles a todos los que saben leer y escribir, ,,se puede despojar de toda sombra de algo privilegiado y “jerárquico””
Todos los funcionarios… ” En el futuro debían ser elegidos públicamente, ser responsables y revocables. .”
“..estas medidas democráticas, sencillas y “evidentes por sí mismas”, ..unifican en absoluto los intereses de los obreros y de la mayoría de los campesinos.” 3

¿Son un disparate, una ingenuidad, un exceso de democratismo, fuera de lugar en el Siglo XXI? “Han cambiado tanto los tiempos” dicen muchos compañeros, ¿no son válidos estos conceptos éticos de los revolucionarios de París hace 150 años enfrentando la democracia burguesa con la democracia proletaria?

Es interesante revolver en los últimos escritos de Lenin, en su carta al XIII Congreso del Partido tras cinco años de revolución, tres de ellos en guerra civil.

Sobre la interna del Partido, que lo preocupaba mucho, escribe ente diciembre de 1922 y enero de 1923:
Para fortalecer al Partido, proponía
“La ampliación del CC hasta 50 o incluso 100 miembros … menor será el peligro de una escisión debida a cualquier imprudencia. La incorporación de muchos obreros al CC ayudará a mejorar nuestro aparato, que es pésimo.”

“los que pasen a formar parte del CC deben ser preferentemente, .., no de los que han actuado largo tiempo en las organizaciones soviéticas .. porque en ellos han arraigado ya ciertas tradiciones y ciertos prejuicios con los que es deseable precisamente luchar.”
“… que se encuentren por debajo de la capa de los que en los cinco años han pasado a ser funcionarios soviéticos, y deben hallarse más cerca de los simples obreros y campesinos,”

“Al mismo tiempo … dedicarnos.. y yo diría que principalmente, a la tarea de revisar y mejorar nuestro aparato, que no sirve para nada. Para este objeto debemos valernos de los servicios de especialistas muy calificados,..”

“La tarea de combinar a estos especialistas de la revisión con conocimientos suficientes y a estos nuevos miembros del CC, debe ser resuelta en la práctica”

“..un conjunto de revisores, escasos en número, pero excelentes, que deben estar bien pagados (esto es particularmente necesario en nuestro tiempo, en que las cosas se pagan, y atendiendo a que los revisores se colocan donde mejor les pagan).

“En resumen: hasta 100 miembros del CC y todo lo más de 400 a 500 auxiliares suyos, miembros de la Inspección Obrera y Campesina (IOC), que revisen según las indicaciones de los primeros.”(Carta al Comité central- Testamento político)

Estos últimos pensamientos de Lenin tienen total concordancia con sus planteos de El Estado y la Revolución citados más arriba, escritos entre agosto y setiembre de 1917, antes de la toma del poder.

No hay una adaptación a las dificultades -que no eran pocas- sino la búsqueda de soluciones adecuadas al momento y de acuerdo al objetivo principal, la profundización de la democracia, la afirmación del poder obrero campesino con la idea central de resolver sus necesidades materiales y espirituales y que esto sería fruto de su propio esfuerzo conjunto.

Parecen detalles, como que el dirigente del gobierno no gane más que un obrero medio, pero llama la atención la observación de Lenin: los nuevos integrantes del CC deberían ser aquellos “… que se encuentren por debajo de la capa de los que en los cinco años han pasado a ser funcionarios soviéticos, y deben hallarse más cerca de los simples obreros y campesinos,”

¿No suena a un debate muy presente?. Nos preguntamos, si analizar estos conceptos, con la salvedad correspondiente de tiempo y espacio, atendiendo al método, ¿Cómo está nuestro “aparato” orgánico?
¿cómo promovemos a los cuadros dirigentes?
Muchos sostienen, ¡cómo el gobierno se tragó al Partido (FA)!, ¡lo que preocupa es el sillón, no la organización!, ¡Qué cantidad de listas!
¿por qué el Plenario Nacional no dirige?
¿Por qué los comités están vacíos, no hay jóvenes?
¿Por qué la burocracia en la orgánica y no se está inserto en la Comunidad y sus problemas?

Lenin habla del Partido, de incorporar savia nueva para mejorar el “aparato que es pésimo” y fortalecer, nada menos que el control tanto sobre el Partido como sobre el gobierno. Detalle no menor, sobre el que tenemos que resolver.

Que hemos hecho tras 15 años de gobierno nacional, 30 años en Montevideo. ¿Cómo ha sido la relación con la fuerza política?
Lejos, ¿no? En realidad se debilitó desde antes del gobierno nacional. Parece que cuanto menos se discuta, menos se reúne, menos funcione el Plenario Nacional, las comisiones de programa, los comités de base, sería mejor. Comisiones centrales burocráticas -incluso eliminación de la comisión del Interior- no se promueve la inserción en la comunidad, no se mejora la organización, el crecimiento, el cobro de la cotización (dicho sea de paso “tercerizada” por simples cobradores) olvidada la vieja enseñanza que ésta es un vínculo mensual esencial que mantiene vivo al organismo y creciendo (entre otras cosas que le debemos a Eduardo Bleir)

“…. el verbo “procurar”, que en las Treinta Medidas casi no se usaba, porque están escritas en un lenguaje imperativo, de comprometerse a hacer, y nunca en el condicional de quedarse en el intento o relativizar el compromiso, inundó en cambio nuestros programas posteriores, y cuando no se usa “procurar”, se recurre a sinónimos: “propender”, “buscar” y otros similares.” Benjamín Naohum -La utopía se desdibuja

En los hechos el 90% de la población es sometida por el gran capital financiero a la miseria, a la pobreza, a la estrechez económica, objetivamente interesados en cambiar, esa es su fuerza.
Hay que hablar de las cuestiones materiales, no es que no haya escasez, sino que unos pocos acaparan todo. Cuestionar el reparto de los recursos, dirigir y nacionalizar los recursos estratégicos, cambio del modelo productivo, control ecológico, papel de la mujer, gestión y control social.
Hay que enjuiciar al capitalismo, origen de los problemas de la gente, no defender el modelo con el supuesto que las inversiones son la única forma de hacer prosperar la sociedad en su conjunto.

Hoy es estratégico el conseguir las firmas para derogar la LUC y frenar la ofensiva de la derecha en el gobierno, que no sólo quiere liquidar todos los avances populares, sino imponer una regresiva distribución de la riqueza en favor del gran capital, nacional y extranjero.

Hay que construir una gran corriente que trabaje para que estos objetivos se hagan realidad, con todos los sectores, grupos e individuos comprometidos y concientes que no hay otra solución para la humanidad que la superación del capitalismo.