Publicación Especial

El Chasque
21/01/2024

Lenin, disfrazado caminaba contra la pared eludiendo la luz. Acompañado únicamente por un guardaespaldas, había logrado llegar al Instituto Smolny tras evitar ser detenido por una patrulla de cadetes que no lo reconoció y lo tomó por un borracho. Ese simple acto habría modificado lo que aconteció a continuación: La Revolución Rusa.

El mundo cambió y aquella realidad hoy ya no está.

Sin embargo Lenin sigue apareciendo, aquí y allá, como un duende subversivo. Oligarcas, tecnócratas del capital le temen y le odian. Lo han dado por muerto infinidad de veces, han hurgado en él para negarlo – quizás más que a Jesús- lo han golpeado, torturado, enterrado y lo han vuelto a matar miles de veces más, y a pesar de todo eso nos preguntamos “¿qué hace a Lenin tan resistente, tan permanentemente actual, tan inmune a la tenaz atracción del basurero de la Historia?”

En estos trabajos que recopilamos se encuentra la respuesta a su persistencia histórica.

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Testamento Político – Lenin (1922-1923)

Esta carta, a la que se ha solido llamar el «testamento» político de Lenin, se leyó a los delegados del Congreso, realizado en mayo de 1924.

Aparte de dar su opinión sobre “mejorar nuestro aparato y como evitar que los conflictos de pequeñas partes del CC puedan adquirir una importancia excesiva para todos los destinos del Partido.”, realiza apreciaciones sobre el tema de las nacionalidades, que como se ve, van más allá.

“El georgiano que desdeña este aspecto del problema, que lanza desdeñosamente acusaciones de «social-nacionalismo» (cuando él mismo es no sólo un «social-nacional» auténtico y verdadero, sino un basto esbirro ruso), ese georgiano lastima, en esencia, los intereses de la solidaridad proletaria de clase, porque nada retarda tanto el desarrollo y la consolidación de esta solidaridad como la injusticia en el terreno nacional, y para nada son tan sensibles los «ofendidos» componentes de una nacionalidad como para el sentimiento de la igualdad y el menoscabo de esa igualdad por sus camaradas proletarios, aunque lo hagan por negligencia, aunque la cosa parezca una broma. Por eso, en este caso, es preferible exagerar en cuanto a las concesiones y a la suavidad para con las minorías nacionales, que pecar por defecto.

Por eso, en este caso, el interés vital de la solidaridad proletaria, y por consiguiente de la lucha proletaria de clase, requiere que jamás miremos formalmente el problema nacional, sino que siempre tomemos en consideración la diferencia obligatoria en la actitud del proletario de la nación oprimida (o pequeña) hacia la nación opresora (o grande).”

Como la historia mostró, estas opiniones no fueron tenidas en cuenta.

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Marxismo y revisionismo – Lenin- abril de 1908

“Determinar el comportamiento de un caso para otro, adaptarse a los acontecimientos del día, a los virajes de las minucias políticas, olvidar los intereses cardinales del proletariado y los rasgos fundamentales de todo el régimen capitalista, de toda la evolución del capitalismo, sacrificar estos intereses cardinales en aras de las ventajas reales o supuestas del momento: esa es la política revisionista. Y de la misma esencia de esta política se deduce, con toda evidencia, que puede adoptar formas infinitamente diversas y que cada problema un poco «nuevo», cada viraje un poco inesperado e imprevisto de los acontecimientos – aunque este viraje sólo altere la línea fundamental del desarrollo en proporciones mínimas y por el plazo más corto -, provocará siempre, inevitablemente, esta o la otra variedad de revisionismo.

¿En qué estriba su carácter inevitable en la sociedad capitalista? ¿Por qué es más profundo que las diferencias debidas a las particularidades nacionales y al grado de desarrollo del capitalismo? Porque en todo país capitalista existen siempre, al lado del proletariado, extensas capas de pequeña burguesía, de pequeños propietarios. El capitalismo ha nacido y sigue naciendo, constantemente, de la pequeña producción. El capitalismo crea de nuevo, infaliblemente, toda serie de «capas medias» (apéndices de las fábricas, trabajo a domicilio, pequeños talleres diseminados por todo el país en virtud de las exigencias de la gran industria, por ejemplo, de la industria de bicicletas y automóviles, etc.). Estos nuevos pequeños productores se ven nuevamente arrojados también, de modo no menos inevitable, a las filas del proletariado.”

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Tesis de Abril -V.I. Lenin –Abril 1917
EL NUEVO TIPO DE ESTADO QUE BROTA EN NUESTRA REVOLUCIÓN

“Explicar a las masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y que, por ello, mientras este gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas.

Mientras estemos en minoría, desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los errores, propugnando al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del Estado pase a los Soviets de diputados obreros, a fin de que, sobre la base de la experiencia, las masas corrijan sus errores.”

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TESIS E INFORME SOBRE LA DEMOCRACIA BURGUESA Y LA DICTADURA DEL PROLETARIADO I Congreso de la III Internacional – Lenin 1919 03

“20. La destrucción del poder del Estado es un fin que se han planteado todos los socialistas, entre ellos, y a la cabeza de ellos, Marx. La verdadera democracia, es decir, la igualdad y la libertad, es irrealizable si no se alcanza ese fin. Pero a él sólo lleva prácticamente la democracia soviética, o proletaria, pues, al incorporar las organizaciones de masas de los trabajadores a la gobernación permanente e ineludible del Estado, empieza a preparar inmediatamente la extinción completa de todo Estado.”

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Krupskaia: una pedagogía para la revolución –María Luisa Battegazzore

En su descripción de la escuela socialista insistía en la formación integral y en la libertad. “Lo fundamental que debe distinguir a la escuela socialista estriba en que su único objetivo es lograr el desarrollo integral cuanto más cabal del alumno; no debe suprimir su individualidad sino ayudar a formarla. La escuela socialista es una escuela libre, a la cual le son ajenos el amaestramiento, el adiestramiento y la empolladura”

”la construcción del socialismo no consiste únicamente en crear una nueva base económica ni en implantar y fortalecer el poder Soviético, sino también en educar a un hombre nuevo que aborde de manera nueva, a lo comunista, a lo socialista, todas las cuestiones y cuyas costumbres y cuyas relaciones con los demás hombres sean completamente distintas a las que existían bajo el régimen capitalista. (…) Una economía social altamente desarrollada no es más que la base, el fundamento, que hace posible el bienestar general. La esencia de la construcción del socialismo reside en una organización nueva de todo el tejido social, en un nuevo régimen social, en nuevas relaciones entre los hombres. Queremos construir una vida holgada y al mismo tiempo luminosa

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RELACIÓN EN LENIN DE LA DEFENSA DE LOS PRINCIPIOS Y LA CREATIVIDAD – Rodney Arismendi -1977

“Como lo previera Lenin la revolución socialista cubre una época histórica; avanza abierta o sinuosamente desde países con estructuras tribales a países de capitalismo desarrollado dominados por el capitalismo monopolista de Estado, pasando por la singularidad de los países latinoamericanos. A ello se agregan diferencias de nivel y ritmo, incluso las distinciones propias a cada historia nacional o regional, a instituciones, costumbres y psicología social. Al campo de la revolución se incorporan grandes masas de las capas medias, de la intelectualidad, incluso de la “nueva clase obrera” y de asalariados nacidos de la revolución científico-técnica, etc. Es natural que aparezcan enfoques singulares, contradicciones y debates. Reflejan o refractan complejos procesos sociales, de perspectivas, de vías de la revolución.”

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Actualidad del ¿Qué hacer? Atilio Borón

“Pronunciarse a su favor o en su contra no es una cuestión académica sino un acto de voluntad política. La consecuencia ha sido la constitución de una polaridad cuyos dos extremos son igualmente negativos a la hora de intentar comprender el significado del legado leninista: o bien su sacralización en la Unión Soviética, transformando “una teoría subversiva en un sistema apologético de un cierto orden establecido”; o bien su satanización en la literatura académica de Occidente (Liebman, 1978: 10-11). Se requiere, por lo tanto, restablecer el equilibrio histórico y político en torno a una obra como la que el lector tiene en sus manos, evitando extremos esterilizantes. La coyuntura política de América Latina a comienzos del siglo XXI reclama a gritos una relectura seria, crítica y creativa de la obra de Lenin.

No está de más observar que una propuesta de este tipo corre a contracorriente de los lugares comunes y los arraigados prejuicios que prevalecen en la izquierda latinoamericana en el momento actual. Sobresalen entre estos su irracional –y políticamente suicida– negación de toda una serie de problemas, centrales en nuestro tiempo, como las cuestiones relativas a la organización de las fuerzas populares, la laboriosa construcción de una cultura política y una conciencia genuinamente revolucionarias y los retos que plantea la conquista del poder en las sociedades contemporáneas. ¿Tiene el texto clásico de Lenin algo que decirnos ante todos estos problemas? La opinión de quien escribe estas líneas es que sí, que una relectura del ¿Qué hacer? (en adelante, QH) puede aportar sugerentes iluminaciones que faciliten enfrentar estos desafíos en mejores condiciones. Entiéndase bien: con esto no queremos decir que en ese libro se encuentren las respuestas a las interrogantes que hoy nos atribulan, sino tan sólo que en su lectura hallaremos valiosos elementos para construir las soluciones prácticas que demanda la hora actual.”

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Un siglo de V.I. Lenin y el leninismo – El estado y la revolución –Lenin Contreras (2024 01)

“En 1918 salió a la luz en la ciudad de Petrogrado (San Petersburgo) una de las obras más importantes del pensamiento marxista: El estado y la revolución. La doctrina marxista del Estado y las tareas del proletariado en la revolución. Escrita por V.I. Lenin entre agosto y septiembre de 1917, en esta obra se expone de forma magistral y didáctica los fundamentos marxistas-leninista del Estado, el poder político y su relación con la democracia, la revolución socialista, la instauración de la dictadura del proletariado y los fundamentos para la construcción de la sociedad comunista.”

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A cien años de su muerte: ¿podemos aprender algo de Lenin? – Miguel Salas 12/01/2024

“Si leemos “sin teoría revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario” es la referencia clásica de Lenin que nos alerta de la necesidad del estudio y el conocimiento para comprender el funcionamiento del capitalismo y sus distintas formas económicas y sociales. No es suficiente la acción, ni la valentía y el arrojo, se necesita una interpretación científica del mundo para poder cambiarlo.”

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La obra de Lenin – Antonio Gramsci

“Lenin, aplicando el método forjado por Marx, descubre que la realidad es el abismo profundo e insalvable que el capitalismo ha abierto entre el proletariado y la burguesía, y el antagonismo constantemente creciente entre ambas clases. Al explicar los fenómenos sociales y políticos y al señalar al Partido la política que ha de seguir en todos los momentos de su vida, Lenin no pierde nunca de vista el motor más potente de toda la actividad económica y política: la lucha de clases.” (Palabras de Gramsci ante el atentado contra la vida de Lenin en 1918)

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Lenin – José Carlos Mariátegui 1923 09

“La doctrina de una y otra rama es el marxismo. Su divergencia, su disentimiento, no son, pues, de orden programático sino de orden táctico. Algunos atribuyen al bolchevismo una idea mesiánica, milagrista, taumatúrgica de la revolución. Creen que el bolchevismo aspira a una transformación instantánea, violenta, súbita del orden social. Pero bolchevismo y menchevismo son gradualistas. Solo que el bolchevismo es gradualista revolucionariamente y el menchevismo es gradualista reformísticamente. El bolchevismo sostiene que no es posible utilizar la máquina actual del Estado pasable sustituirla con una máquina adecuada; que el Estado proletario, distinto del Estado burgués en sus funciones, tiene que ser también distinto en su arquitectura. El tipo de Estado proletario creado por los bolcheviques es el Estado sovietal. La República de los Soviets es la federación de todos los soviets locales. El soviet local es la asociación de obreros, empleados y campesinos de una comuna. En el régimen de los soviets no hay dualidad de poderes.

Los soviets son, al mismo tiempo, un cuerpo administrativo y legislativo. Y son el órgano de la dictadura del proletariado. Lenin, dice, defendiendo este régimen, que el soviet es el órgano de la democracia proletaria, tal como el parlamento es el órgano de la democracia burguesa. Así como la sociedad contemporánea y la sociedad medioeval han tenido sus formas peculiares, sus instrumentos típicos, sus instituciones características, la sociedad proletaria tiene que crear también las suyas.”

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Lenin fue el verbo de la revolución»: José Batlle y Ordoñez 26/01/1924

“Las revoluciones son las locomotoras de la historia” ha dicho Carlos Marx, y en Rusia las revoluciones de 1917 fueron esa locomotora que la condujo en un plazo de tiempo reducido, desde las épocas primitivas hasta ponerla en condiciones de incorporarse a las naciones más civilizadas de la tierra.

Lenin fue el verbo de la revolución.”

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Homenaje a Lenin -José Luis Massera (1985)

“En fin, todo este vasto y complejo problema de las alianzas exige, para su total claridad, que se le inscriba en la dialéctica de diferenciación y unidad de los grandes procesos transformadores de nuestro tiempo: la etapa democrática y la etapa socialista. Esta dialéctica, de cuño típicamente leninista, deriva, en última instancia, de la caracterización del imperialismo y de su tiempo. La rapacidad, inherente a la naturaleza súper explotadora del imperialismo, lo lleva a extremar, a grados nunca vistos, el saqueo de pueblos y naciones, a atacar inclusive los intereses de sectores sociales que potencialmente podrían ser aliados suyos. A la vez, su espanto ante el espectro del socialismo, hoy hecho carne en todos los continentes, lo empuja a propiciar formas brutales, fascistas, de dominación de otros países y de represión de movimientos sociales que no son necesariamente socialistas en su intención inmediata, que son vastos movimientos democráticos y de liberación. Las luchas por la democracia y la libertad se tiñen hoy así, fuertemente, de un contenido antiimperialista más o menos consciente y radical. Por ese atajo, se ven llevadas a profundizar la interpretación de los fenómenos económicos y sociales, haciéndose proclives y permeables a la idea del socialismo, justamente esa ideología que el imperialismo se propone combatir. Todo esto opera como un polo de atracción avanzado para las masas que se incorporan a esas luchas por objetivos inicialmente salo democráticos o de reivindicaciones económicas.

Desde el otro ángulo, el planteo prematuro de objetivos socialistas por parte de los movimientos populares, puede perturbar y dificultar este proceso de educación y radicalización del pueblo, puede obstaculizar el fraguado de alianzas muy amplias en torno a los objetivos democráticos y liberadores. El contenido de estos objetivos debe ser, por eso, claramente definido; será la experiencia viva de la lucha del pueblo, unida a la prédica ideológica de los destacamentos de vanguardia, la que llevará al convencimiento de que la democracia y la libertad no son compatibles con el dominio y la exacción imperialistas, que no existe solución para los grandes problemas nacionales y populares si no se parte del rechazo firme a ese sojuzgamiento. Tal es el camino por el que se ahondarán las convicciones antiimperialistas y, por ahí, junto a otras motivaciones, se desembocará naturalmente en el camino hacia el socialismo.”

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Dónde está Lenin – Florencia Oroz (2023)

“¿Qué hace a Lenin tan resistente, tan permanentemente actual, tan inmune a la tenaz atracción del basurero de la Historia? Contra los intentos siempre recurrentes de despolitizar el marxismo, de convertirlo en una teoría simpática pero sin anclaje concreto, Lenin se alza como un escudo resistente y poderoso. de los modos en que las masas explotadas podemos organizarnos… y precisamente por ello resulta imprescindible.

El pensamiento leninista, como ha destacado Jodi Dean, tiene una dimensión de principios y una de táctica. El principio es la necesidad de control de la clase trabajadora sobre la sociedad, la producción y la reproducción. La táctica no es otra cosa que la mejor forma de alcanzar ese principio en cada contexto histórico y social particular.”