14/07/2023
César Barretto Luchini
Hay un amplio consenso entre los analistas de la política exterior desarrollada por Uruguay en los últimos tres años en el sentido de que ha existido una continua improvisación y permanentes bandazos en la conducción de dicha política lo que termina siendo visto como falta de profesionalismo y de conducción política estratégica.
Desde el comienzo de la gestión del gobierno de Lacalle Pou hemos sido testigos de anuncios y actitudes deshilachadas e inconducentes que en muchos casos parecían estar al servicio del desmedido afán de protagonismo de Lacalle Pou y su equipo preocupados más por el efecto de esos planteos en los resultados de las encuestas de opinión publica sobre su gestión que en los efectos reales en materia de conducción de la política exterior del país.
A los iniciales anuncios sobre proyectos de mejora de la hidrovía que los expertos en el tema calificaron de inmediato como inviables se agregó luego el apoyo al norteamericano Mauricio Claver Carone promovido por el gobierno de Trump para ocupar el cargo de Presidente del BID contra la opinión de la oposición y hasta del propio Sanguinetti, socio de la coalición.
Más adelante se dieron los choques con el gobierno argentino sobre el Mercosur y el fracaso en cuanto al apoyo que esperaba de Brasil, en ese momento bajo el gobierno de Bolsonaro.
En 2021 surge el anuncio de un supuesto TLC con China que terminó siendo un completo bluff. Incluso se supo de fuentes diplomáticas uruguayas que el personal del servicio exterior destacado en China ignoraba por completo el supuesto tratado una vez que este fue dado a conocer con bombos y platillos por el propio Lacalle Pou.
Sin abundar en más episodios entre ellos notorias ausencias en eventos internacionales lo que queda como saldo es un fracaso rotundo en materia de resultados de la politica exterior del país.