Ruben López
14/02/2019

No basta que los de arriba no puedan, sino que los de abajo no quieran seguir viviendo como hasta entonces" (Lenin)

Entendemos que la existencia de la lucha de clases es la base para el análisis  del desarrollo de la humanidad.
    Vemos como se gesta, en la actualidad, una crisis de  grandes  proporciones en el mundo.
    Las instituciones, las ideas, la cultura de una época son reflejo de las condiciones materiales en que los hombres producen. Es "el ser social, que explica la conciencia" y no al revés. Sin embargo, aunque parezca contradictorio, sin el protagonismo y la voluntad de los pueblos no habrá transformación revolucionaria de la realidad.

Analicemos algunos hechos de la actualidad:
    " La riqueza de los milmillonarios que hay en el mundo se ha incrementado en 900 000 millones de dólares tan solo en el último año, lo cual equivale a un incremento de 2500 millones de dólares diarios. Mientras, la riqueza de la mitad más pobre de la población mundial, que equivale a 3800 millones de personas, se redujo en un 11%." (Oxfam. enero de 2019)  
    En 2017 la riqueza de esta élite había aumentado en 762 000 millones de dólares
    1,662,000 millones en dos años
En la actualidad(2018) hay 2.208 multimillonarios. En 2017 eran 2043

    "La fortuna de Jeff Bezos, propietario de Amazon y el hombre más rico del mundo, se ha incrementado hasta alcanzar los 112 000 millones de dólares. Tan solo el 1% de su fortuna equivale a la totalidad del presupuesto sanitario de Etiopía, un país donde viven 105 millones de personas."  (Oxfam. enero de 2019).

    Esta realidad económica, la primacía absoluta del capital profundiza la crisis política, así, resurge el fascismo a caballo de una inestabilidad que el propio sistema provoca.

¿Que caminos se abren ante trabajadores y pueblo?
    ¿Organizarse para superar el capitalismo, o esperar que los mil millonarios resuelvan compartir su riqueza.?

Veamos, a principios del Siglo pasado la polémica de Rosa Luxemburgo con Bernstein.
" Lo que Bernstein cuestiona no es la rapidez del desarrollo de la sociedad capitalista, sino la marcha misma de ese desarrollo y, en consecuencia, la posibilidad misma de efectuar el vuelco al socialismo." decía Rosa.

O el capitalismo, a raíz de sus "propias contradicciones" "avanza hacia una situación de desequilibrio que le impedirá seguir existiendo", o como plantea  Bernstein, "el colapso del sistema se vuelve menos probable, porque el desarrollo del capitalismo aumenta su capacidad de adaptación”

 "Bernstein ... Dice que el desarrollo del capitalismo no va a desembocar en un colapso económico general."
"No rechaza cierta forma de colapso. Rechaza la mera posibilidad de colapso."  (Rosa Luxemburgo. Reforma o revolución)

En el mundo, hoy, ante las sucesivas crisis, en un grado muy superior a un siglo atrás,  se da la misma disyuntiva: ¿es capaz de reciclarse el sistema o sus contradicciones lo conducen al colapso?
¿Entendemos que el capitalismo es incapaz de resolver los problemas de la humanidad (y poner proa a su transformación y superación), o pensamos que el cambio permanente le permitirá adaptarse?
Las concepciones enfrentadas hace 100 años se reiteran, por más que la carreta haya sido sustituida por la nave espacial.
¿O nos preparamos para resolver la crisis a favor de los trabajadores o dejamos que la cada vez más poderosa oligarquía mundial, a través de una "mejor administración" se imponga  nuevamente.?

No son pocos los compañeros (y muchos teóricos modernos) que repiten los mismos argumentos de antaño, y nos dicen: el mundo cambió con respecto a 50 ó 60 años atrás:
Con los avances científicos y técnicos, la robotización, informática, las mejoras de los trabajadores, la capacidad de las grandes empresas, etc, "tenemos capitalismo para rato". Si, es malo, pero "es lo que hay".  Socialismo si, pero dentro de mucho tiempo. Hoy, la gente necesita un trabajo, ¿quien se lo va a dar?, la inversión privada, el Capital creará más empleo, con mejores sueldos.
Pero  no vendrán  gratis, nos confirman,  no son filántropos, tienen que ganar. Así les creasn condiciones muy ventajosas para que se instalen en cada país.
 El mundo cambia, nos dicen, no debemos dar respuestas "ancianas" ante problemas nuevos.

Si, es cierto, todo está en permanente movimiento y cambio:
1. Todo fluye, pero a su vez, hay cierta continuidad, hay una parte esencial  que se mantiene.
2. Y además ¿Qué  hacer para enfrentar y superar ese mundo que cambia?
3. Nos dicen que las condiciones económicas y sociales son distintas a las de 1960.
4. Por otro lado, fracasó el socialismo conocido, por su ineficiencia, burocracia, corrupción, sus crímenes,  ¿por que seguir un libreto que no funcionó? nos preguntan.
5. Entonces: Cambiaron las condiciones y "el capitalismo aumentó su capacidad de adaptación" . Fracasó el socialismo, no es una vía posible.
6. Esta nueva (vieja) izquierda, concluye: no son posibles cambios profundos (superar el capitalismo). Queda administrarlo, es decir seguir haciendo lo mismo (un poco mejor).
    Aceptar sus reglas: propiedad privada, inversión privada (única eficiente), el individuo en el centro, la ganancia y la competencia como palancas del crecimiento, para crear empleo, mejorar salarios, desarrollo y una mejor vida para todos.

Pero hay otra opción.
    Atendamos a Marx que nos advierte:  el crecimiento del poder del trabajo muerto sobre el  trabajo vivo, aumenta la dominación de la burguesía,  "..el trabajo asalariado produce la riqueza extraña que le domina".
    No le falta razón, en 2018,  "la riqueza de la mitad más pobre de la población mundial, que equivale a 3800 millones de personas, se redujo en un 11%, mientras las 2208 personas más ricos aumentaron su riqueza en 900,000 millones" (Oxfam. enero 1919)

El mundo cambió. Pero sigue siendo capitalista. Un giro de 360º-
    Hay que evaluar correctamente  la situación, no quedarse en la velocidad de los cambios, que marean y ocultan la permanencia de estructuras poderosas, que  también  se mueven, pero son las dominantes y resisten a quien intente tocar sus privilegios.
    Ese es el cambio que verdaderamente temen los poderosos. Y encuentran mil formas de disfrazar la realidad, mentiras, que repetidas, se transforman en verdades: "el problema es el envejecimiento de la población", "el problema es la velocidad de la ciencia y la técnica que deja obsoletos, los conocimientos y a las personas", "el problema es el costo del estado", "el problema es la inflexibilidad de los salarios (muy altos)", "el problema es la educación, que no prepara mano de obra adecuada", etc.
    Pero EL PROBLEMA REAL SON LOS PRIVILEGIOS DEL SECTOR CADA VEZ MÁS RICO Y PODEROSO, que domina el mundo y no sólo no quiere perderlos, sino que pretende aumentarlos. Y LO ESTÁ LOGRANDO: "La riqueza está cada vez más concentrada en menos manos: en 2018, 26 personas poseen la misma riqueza que 3800 millones de personas, la mitad más pobre de la humanidad; en 2017, esta cifra era de 43 personas."  (Oxfam. enero de 2019).

Organizarse para transformar la sociedad.
    Afirmar los  principios y encontrar la estrategia adecuada para la lucha, es la tarea esencial del momento. Con la participación de las más amplias masas, en el debate democrático y para la toma de decisiones.
    No partimos de cero. Hay siglos de lucha, de experiencia, de entrega, del sacrificio de millones de hombres y mujeres, que fueron capaces de darlo todo en distintos momentos. Nosotros conocemos a muchos de ellos, y no tenemos derecho a fallarles.
    Si miramos hacia la Empresa Privada (tan aplaudida), las grandes multinacionales planifican para 30 y 50 años. En cambio el Estado, la Sociedad, según las ideas dominantes, sólo debe fijar "el escenario" para que los actores (económicos fundamentalmente),  desplieguen sus fuerzas, y el mercado (donde triunfan, siempre, los más poderosos) decida.  
    La sociedad, los trabajadores, la comunidad no tiene derecho a decidir su vida, a planificar tras un debate democrático, como satisfacer sus necesidades: Alimento, vivienda, salud, educación, cultura, deporte, a disfrutar su ocio  después de una jornada de trabajo.
    El actual "escenario" que ofrece el "orden social vigente", sólo permite a quienes trabajan -a los trabajadores directos, no sólo dependientes- en solitario y desarmados, disputar con los grandes capitales en una lucha desigual, en la arena económica local o global. Claro, siempre pierden, es como armar el cuadro del barrio, para enfrentar al Barcelona de Messi y Suarez.

Luchar por un nuevo orden social
¿Es posible satisfacer las necesidades humanas en el marco del Capitalismo?
    El capitalismo cambió, la cuarta revolución industrial es impresionante. Pero las condiciones económicas y sociales, en algunos casos, son aún peores que en el siglo XIX, y en todos los casos se ve: "el enriquecimiento absoluto de unos pocos y el empobrecimiento relativo de la mayoría".

    Cuando se plantea la necesidad de superar el capitalismo, o que sus contradicciones lo llevan al colapso, nos dicen: "hoy no se puede, no se puede ir más rápido, etc."

Rosa hace 100 años respondía:
    "Lo que Bernstein cuestiona no es la rapidez del desarrollo de la sociedad capitalista.."  
no es esa la discusión, eso es un tema táctico, de correlación de fuerzas, lo que si importa es que niega
    "la mera  posibilidad del colapso", es decir la lucha contra el capitalismo.

Hoy como ayer, la discusión en el plano táctico, de ir más rápido, más lento, que medidas tomar, viene después. Lo primero a definir es, si el capitalismo como sistema, podrá satisfacer las necesidades humanas o no.
    Si la respuesta es si, el camino es sólo administrar, gestionar mejor, (cosa que también hay que hacer).
    Si se piensa que no, lo primero es tomar conciencia de ello y que la mayoría de la humanidad lo comprenda, comenzando por los trabajadores.

La lucha ideológica
    Margaret Tatcher acuñó una frase que se transformó en verdad absoluta para el mundo unipolar: “No hay otra salida que el sistema actual”.
    Esta fue la consigna de la derecha, del neoliberalismo, del Consenso de Washington, desgraciadamente asumida por la socialdemocracia y sectores de la izquierda, tras la caída de la URSS.
    Pero 30 años de restauración, al Este y al Oeste,  han mostrado que la vuelta al capitalismo salvaje puede terminar con la humanidad y el planeta, y acumular riqueza, pero no resolver los problemas de la gente.

    La única respuesta para derrotar al Capital, es la conciencia de las masas, la comprensión de la necesidad de sustituirlo por un nuevo orden social.  Profundizar la Democracia, es decir, fortalecer el Poder Popular a través de la participación  de las masas en la toma de decisiones, en las organizaciones sociales, políticas, comunitarias.

Comprender lo que planteara Marx;
"..el crecimiento del capital productivo, significa el crecimiento del poder del trabajo acumulado sobre el trabajo vivo." (Marx)

Asimilar, para que el crecimiento de la producción vaya en  beneficio de la comunidad, debe haber cambios en la propiedad y en la gestión de los medios de producción.
Entender el peligro de concepciones en la izquierda, que a pesar de postularse como "modernas", repiten conceptos erróneos de hace 150 años.
Lenin decía:
“En el campo de la política, el revisionismo intentó revisar lo que realmente constituye la base del marxismo, o sea, la teoría de la lucha de clases. La libertad política, la democracia, el sufragio universal -nos decían los revisionistas - destruyen el terreno para la lucha de clases y desmienten la vieja tesis del Manifiesto Comunista de que los obreros no tienen patria.”1
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“Toda la historia de Europa durante la segunda mitad del siglo XIX, y toda la historia de la revolución rusa, a comienzos del siglo XX, enseñan palpablemente cuán absurdos son tales conceptos. Con las libertades del capitalismo "democrático", las diferencias económicas, lejos de atenuarse, se acentúan y agudizan. El parlamentarismo no elimina, sino que pone al desnudo la esencia de las repúblicas burguesas más democráticas como órganos de opresión de clase. Ayudando a ilustrar y a organizar a masas de población incomparablemente más extensas que las que antes participaban de un modo activo en los acontecimientos políticos, el parlamentarismo prepara así no la supresión de las crisis y de las revoluciones políticas, sino la mayor agudización de la guerra civil durante estas revoluciones.”

Combatir las ideas dominantes, convertidas en Sentido Común, y saber, que la mayor producción significa un mayor poder del Capital sobre el trabajo (su lógica interna impide una distribución más justa, que alivie a la población trabajadora, las cifras de Oxfam que expusimos nos eximen de más comentarios), y que la misma lógica lleva a que "Con las libertades del capitalismo democrático, las diferencias económicas,  lejos de atenuarse, se acentúan", y se prepara la agudización de la lucha de clases, el estallido de nuevas crisis y revoluciones políticas.

    Los 100 años que siguen a Octubre de 1917, prueban que lo descrito por Lenin no fueron hechos coyunturales. Después de la 1ª Guerra Mundial, "las diferencias económicas" y la lucha por el reparto de la torta, culminaron en los regímenes fascistas de Italia y Alemania y en una nueva Guerra, más cruenta aún.
    Desde 1945, los países centrales vivieron los "30 años dorados", mientras fue posible que ganancia y salarios crecieran juntos, hasta mediados de los 70.
    A partir de allí, el neoliberalismo, el consenso de Washington, nuevas condiciones a nivel mundial, llevan a la caída del salario real, al fin del estado de Bienestar y a una brutal concentración de riqueza, que se acentúa en nuestros días.
    En 2007-2008 estalla la burbuja inmobiliaria, que se "lleva puestos" a los principales bancos del mundo, que, olvidados por un momento de su amor por el mercado, claman y consiguen los odiados subsidios estatales (billones de dólares de las arcas públicas), en la crisis del sistema más grave desde 1929.

    Es cierto, el mundo cambia, el movimiento es lo permanente, pero a través de los últimos 200 años, sigue siendo capitalista, es decir hay una clase poseedora y otra no y la primera ejerce su dictadura sobre la segunda, sin ningún prurito moral, convencidos de que es su derecho natural, como los ciudadanos romanos, los reyes y los nobles lo ejercían, sobre esclavos y siervos .

De ahí, que la tarea ineludible es  preparar a las masas para los futuros y seguros enfrenamientos de clase.
"... si se acepta el punto de vista del neoliberalismo, que a nivel de masas está muy instalado, es evidente que no vamos a tener la capacidad de pensar en algo distinto. En ese punto es fundamental decir: vamos a ver cuál es el modelo de reemplazo, alguna propuesta para no tan sólo hacer que el esclavo se rebele contra el amo, sino que el esclavo vea que hay una cosa diferente a la esclavitud, que hay un sistema, una forma de organización social que puede ser diferente y superadora a todo aquello." (2001. El fracaso y el triunfo del neoliberalismo - Atilio Borón)

Independiente de la actual correlación de fuerzas, comprender que lo esencial es avanzar en la conciencia de que los cambios son posibles y necesarios.

Esclarecer lo que está detrás de la derecha en AL y en Uruguay. Qué se juega en las elecciones de 2019. No es simplemente el gobierno, sus aciertos y errores, sus flaquezas, sino enfrentar la ola de la ultraderecha y el fascismo que viene para arrasar con los derechos conquistados por los trabajadores y las distintas minorías, en aras de recomponer su "tasa de ganancia", con el argumento (otra vez) de salvar a los más pobres y necesitados.
Un gran movimiento contra el proyecto oligárquico imperialista es necesario, para aque las fuerzas del cambio salgan fortalecidas en las elecciones internas de Junio y las nacionales de Octubre.