Ruben López
26/09/2019

"Obtener la victoria sobre un adversario más poderoso únicamente es posible poniendo en tensión todas las fuerzas y utilizando obligatoriamente con solicitud, minucia, prudencia y habilidad, la menor "grieta" entre los enemigos, toda contradicción de intereses entre la burguesía de los distintos países, entre los diferentes grupos o diferentes categorías burguesas en el interior de cada país; hay que aprovechar igualmente las menores posibilidades de obtener un aliado de masas, aunque sea temporal, vacilante, inestable, poco seguro, condicional.
Porque toda la tarea de los comunistas consiste en saber convencer a los elementos atrasados, en saber trabajar entre ellos y no en aislarse de ellos mediante fantásticas consignas infantilmente "izquierdistas". (Lenin. El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo)

Al igual que en Argentina y Bolivia, en octubre hay elecciones generales de donde surgirán  Parlamentos y Presidentes de estos países.

    Una ola reaccionaria recorre el mundo y particularmente América Latina. Aunque paradójico, la propia crisis del sistema capitalista que condena a grandes masas a la pobreza y la exclusión social fortalece a la ultraderecha, afirmando al propio régimen.
    Se demuestra una vez más que la miseria no crea conciencia y que la falta de organización de las masas en defensa de sus intereses es la mejor noticia para las clases dominantes.
    En Nuestra América se han sucedido una serie de gobiernos progresistas en diversos países que dieron esperanza a nuestros pueblos. La inconsecuencia de los partidos, de sus líderes, de dirigentes y cuadros, errores, incluso traiciones, debilitaron ese proceso. El principal error, a nuestro entender fue y es, no apoyarse en las masas, las organizaciones sociales, en la sociedad civil, quedando a merced  del poder económico de los sectores dominantes.  

    Es necesario analizar los hechos para, aprendiendo de aciertos y errores, retomar el proceso hacia la  libertad desde el único lugar que puede ser tomado: desde la participación activa del pueblo en la forja de su propio destino.
    
    Se discute hoy con gran pasión en del FA, un oficialismo acrítico (todo estuvo bien), o la crítica radical (nada cambió).
    Hay que alejarse un poco "del pizarrón", para observar el problema -que se repite en mayor o menor medida en el mundo-, la crisis del capitalismo, el avance de la derecha, la obscena concentración de riqueza y la miseria que se extiende a la mayoría de la humanidad (en una época que el desarrollo de la ciencia y la técnica multiplica la productividad del trabajo).
    
Una guía para la acción.
    Debemos reconocer que el pensamiento de izquierda está sumergido en una profunda crisis, quizás la mayor desde aquel lejano 1914 cuando los Partidos Socialdemócratas europeos abandonaran el Internacionalismo para apoyar a cada país en "su Guerra" por el reparto del mundo.

    Pero, ¿que tiene que ver la "crisis del Marxismo" con las elecciones de octubre? Bueno, esencialmente en la falta de estrategia que se expresa en el retorno a una vieja discusión: ¿el capitalismo  debe ser superado por un orden social más justo? Si la respuesta es no, bastará un gobierno que mejore salarios, condiciones de vida, más derechos, etc. Si la respuestas es si, la cuestión fundamental será que las masas comprendan que el sistema es el problema, pues significa la explotación, la pobreza, la miseria y la exclusión social para la mayoría.

    Lo importante, entonces, es la conciencia y crear la fuerza social y política para los cambios.
    Todas las formas y métodos de lucha deben estar en función de las masas, del objetivo central, la liberación, un nuevo poder afirmado en la comunidad organizada. La lucha electoral, las elecciones, el gobierno y la organización política, hacia un poder popular de nuevo tipo.

    Y de esto debemos hablar con los compañeros del FA, los acríticos y los hipercríticos, todos son necesarios.  
    Lenin nos enseña en "El izquierdismo ..." que  no se debe confundir los deseos e ilusiones propias, con la realidad. En este párrafo, responde a los "izquierdistas" alemanes, aclara la diferencia entre aquello que ha caducado históricamente pero no políticamente (cuando millones todavía son partidarios del parlamentarismo).

"los "izquierdistas" de Alemania han tomado su deseo, su ideal político por una realidad objetiva. Este es el más peligroso de los errores para los revolucionarios.
"se trata precisamente de no creer que lo que ha caducado para nosotros haya caducado para la clase, para la masa. Una vez más, vemos aquí que los "izquierdistas" no saben razonar, no saben conducirse como partido de clase, como partido de masas." (Lenin)

    Esto sucede con compañeros que imaginaron un camino directo hacia "la revolución". Los que entendieron la necesidad del cambio, pero no comprendieron que las masas ni la mayoría del FA no lo sentían así aún.  
    Y además, una dirigencia que trató de adaptarse a las exigencias del poder dominante.

"Vuestro deber consiste en no descender hasta el nivel de las masas, hasta el nivel de los sectores atrasados de la clase. Esto es indiscutible. Tenéis el deber de decirles la amarga verdad, de decirles que sus prejuicios democrático-burgueses y parlamentarios son eso, prejuicios, pero al mismo tiempo, debéis observar serenamente el estado real de conciencia y de preparación de la clase entera (y no sólo de su vanguardia comunista), de toda la masa trabajadora entera (y no sólo de sus individuos avanzados)." (Lenin)

    No se puede pretender terminar "ya" con el capitalismo, si hay una correlación de fuerzas desfavorable.
    Pero, si es irrenunciable "decirles la amarga verdad": que el capitalismo es inviable, es un sistema caduco, que ya no puede dar soluciones a los problemas de la humanidad. Al mismo tiempo "mirando el estado real de conciencia", desde el gobierno, tomar medidas que fortalezcan la propiedad y la gestión social, de forma que las masas a partir de su propia experiencia, vean el verdadero rostro del capitalismo y luchen por su superación.
    Rosa Luxemburgo lo decía en una síntesis esclarecedora: las Reformas son el Medio, la Revolución es el Fin.

    Al "observar serenamente el estado real de conciencia y de preparación de la clase entera (y no sólo de su vanguardia)", vemos en el FA la mayor concentración de masas, no sólo por el millón  que lo ha votado en las tres últimas elecciones, nada menor, sino además ese otro millón que ha votado en contra de sus intereses inmediatos  apoyando a los partidos del Capital (Blancos y Colorados).

    Aprendimos tiempo atrás (algunos sesentistas) que ante la lucha electoral "lo más revolucionario es conseguir un voto". Es cierto, pero no es menos cierto que para que haya cambios profundos para la mayoría de la población, para "los más infelices", el voto debe estar dirigido a quienes han tenido y tienen el mayor compromiso para cumplir con el mandato artiguista, lejos de los cantos de sirena del Gran Capital.

    Hoy la profundidad de la democracia se juega en el territorio, donde se vive y trabaja, la necesidad de la Reforma Urbana, que no es sólo  vivienda para  todos, sino privilegiar el transporte colectivo, seguridad, economía de cercanía (la producción más cerca del consumidor, el trabajador más cerca de su empresa, el estudiante de su centro), la economía circular (generar menos deshechos, aprovechar, reciclar, reutilizar, etc.).

    Una Comunidad organizada y solidaria en la localidad, en el barrio. Nadie debe pasar hambre, frío o abandono. Hay que atender el cuidado de niños, ancianos, enfermos, donde cualquiera que lo necesite encontrará una mano solidaria. Vecinos junto a los organismos de gobierno nacional y local, en forma mancomunada, sindicatos, organizaciones sociales, estudiantes, cooperativas, pequeños propietarios, para desarrollar formas nuevas de democracia y poder popular que permitan resolver sus necesidades (¡¡comprender que si pueden!!).

    Sólo la participación, un poder de nuevo tipo, desde la Comunidad, haciéndose cargo de sus necesidades, podrá resolver esta contradicción de nuestra época.

    Y el Frente Amplio, comprendiendo esa necesidad, como organización política que representa a las  clases subalternas, a los más débiles, a los más infelices, desde el Comité de Base, su principal tarea es estar al frente de esta lucha, de la movilización, de la Comunidad, concientes de la posibilidad y la necesidad de ser protagonistas de su propio destino.