04 04 Los procesos progresistas en América Latina
22/04/2018

    2) Debilidades e inconsecuencias de la izquierda
    Muchas fueron las conquistas en este período,  en varios  países latinoamericanos, gracias a la sensibilidad de gobiernos progresistas, que en mayor o menor medida favorecieron a los sectores populares. Como veíamos, cuando los precios suben, es posible repartir y que los ingresos de todos crezcan.

    Puede ser una oportunidad, también para avanzar en cambios estructurales. El poder no está en el gobierno de turno, sino en los dueños de la riqueza, el Gran Capital propietario de los medios de producción, responsable directo de las sucesivas crisis económicas y humanitarias en todo el orbe, por su afán de lucro, la insensibilidad y su convencimiento -lo cual trasmiten a todos- que la única forma de tener una sociedad próspera es a través de la libertad de mercado, sin ninguna regulación.
    La debilidad de la izquierda al adoptar, en lo fundamental, las ideas dominantes, acriticamente, de no revertirse lleva a la derrota y al aislamiento de su base social, como sucedió en su momento con la vuelta de la derecha (Paraguay, Brasil, Argentina).

Deberíamos hacernos una pregunta antes de continuar:

Cuales son las salidas a la crisis económica mundial:
1. Capitalismo Salvaje. Una afirmación del modelo neoliberal, agudización de la crisis. Mayor concentración de la riqueza, con su correlato de más pobreza y exclusión social.
2. Estado de Bienestar. Una vuelta al estado de bienestar, modelo socialdemócrata. Redistribución de la riqueza y los ingresos con la anuencia de los grandes capitales.
3. El pueblo al Gobierno. Agudización de la crisis, toma de conciencia de los sectores populares, reformas y medidas que limiten la concentración de la riqueza, a la vez que promueven formas de propiedad y gestión social, en camino hacia la superación del capitalismo.

En el marco de la actual crisis, ¿es posible el capitalismo?

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:Las debilidades de la izquierda podemos centrarlas en dos elementos:
1. Olvidar el papel de las masas, como el factor esencial para los cambios. Sin la comprensión, conciencia, la fuerza y movilización militante de las masas, no habrá futuro para las clases subalternas.

2.    Olvidar que el Poder Real y efectivo es el Poder Económico en manos de la Clase Dominante, la propiedad de los medios de producción. Ahí está el verdadero enemigo, el Gran Capital. Tomar el poder es tomar la propiedad de los medios de producción fundamentales por parte de los trabajadores y el pueblo.

    No tocar la propiedad privada y su agraviante concentración.
    No ver que los cambios en la matriz productiva y el aumento de la producción, sólo llevan al fortalecimiento del Capital, si no median otras medidas que lo limiten.
    El no promover la participación popular para las grandes decisiones estratégicas, resueltas por una minoría, ni el derecho en cada comunidad territorial, de trabajo a decidir sobre su destino.

    Renunciar a “la prédica”, del crimen que representa el sistema capitalista.
Esta confusión lleva a desgaste y enfrentamientos que nos alejan del objetivo central, que es la superación del capitalismo.
Dos corrientes se enfrentan:
    Quienes creen poder convencer a sectores del Gran Capital para que moderen su apetito por el lucro,  gobiernos -de izquierda o socialdemócratas- que plantean dominarlo, pero terminan adoptando sus políticas como única forma de mejorar el bienestar de los trabajadores.

    Quienes plantean alejarse del Poder que corrompe. Ya sea negando todo intento para llegar al gobierno y al poder, pues éste contamina lo que toca, o sin llegar a ese extremo, la idealización de una izquierda impoluta, de cafetín al decir de Garcia Linera, que impide la acumulación de fuerzas.  
    Apuestan a fortalecer los movimientos sociales, reivindicativos, para ejercer presión, alejados de las disputas por el gobierno, de la política, de los partidos, que terminan necesariamente en “burocracia y corrupción”. Pero sólo logran dejar el camino libre a quienes utilizan la política para fines propios.

    Al final, las dos opciones dejan el camino libre para la hegemonía de la clase dominante, la democracia parlamentaria le permite mantener sus privilegios al menor costo, logrando el apoyo de los ciudadanos, con cambios cosméticos, que cada cinco años,  dejan todo como está.
    Ambas posiciones, tan alejadas que parecen, conducen a lo mismo, dejar intacto el Poder en manos de las élites económicas, reafirmando de hecho su base,  el derecho de propiedad y renunciando a la  disputa del poder real por parte de los trabajadores, en su lucha por un orden social  nuevo: La Propiedad Social.

    Se olvida el papel del Partido en la educación de las masas, en la dirección del movimiento. Paulo Freire recordaba que la educación no es sólo la formal, sino en la vida, donde cuadros y militantes son capaces de enseñar, pero también aprender de las masas.

    Estas limitaciones en la izquierda, permiten el resurgir a la derecha, en base a promesas y demagogia,  apelando a necesidades  no resueltas. Ya sucedió en Argentina con Macri y en forma de “golpe de estado blando” en Brasil, con Temer.
    
    En el gobierno o desde el “no Gobierno”, las masas quedan indefensas ante el Poder, pues se impone  el “que se vayan todos”, “son todos iguales”, se cambia clase por “clase política” y la derecha aprovecha para concluir: “las clases sociales no existen”, no hay “derecha ni izquierda”, con la anuencia de algún desnorteado que lo repite desde la izquierda, e impone su idea: es el mercado que asegura la “pública felicidad”.

    ¿Es posible resolver los problema sociales y una mayor equidad a través  de la Inversión Privada?
    ¿No terminará agravando el problema? El 2017, 2043 personas mil millonarias aumentaron su riqueza en 762 mil millones de dólares, mientras la mitad más pobre del mundo, cero.
    ¿Qué hacemos para que los pueblos tomen conciencia de esta situación?
    ¿Que hacemos para el combate cultural, combatir el consumismo, el individualismo extremo el “SER ES TENER”, que se cuela en todos los ámbitos de la sociedad?
    ¿Que hacemos para superar el asistencialismo, porque los mayores ingresos de las familias no tienen correlato en avances culturales, sociales, de cambio de hábitos de vida?
    Para que se incorporen al trabajo creativo, no al precariato.

De ahí la tarea de esta etapa, la estrategia, debilitar el poder del Gran Capital, es limitar su capacidad de acumulación, disputarle el excedente y promover la propiedad social -pública, cooperativa, comunitaria, mixta, en conglomerados de empresas-, de forma favorecer a los trabajadores, campesinos, capas medias

QueHacer 537 - Uruguay en la Coyuntura -V- La Propiedad Social y los Trabajadores