Los procesos progresistas en América Latina
28/04/2018

4) Estrategia para profundizar los cambios   Anteriormente definíamos las carencias, la cuestión  es encontrar la forma de superarlas:

    1. El enemigo es el Gran Capital, el Poder es el poder económico. Que grandes masas sean concientes de ese hecho, dispuestas a dar la batalla  para aislar y derrotar al 1%.

¿Como desarrollar una estrategia de unidad contra ese pequeño contingente, dueño de la riqueza del planeta?
    Este es el gran desafío de hoy, y parece que gobiernos y partidos de izquierda no lo comprenden.

¿Como hacer realidad los sueños, un ser humano libre, creativo, solidario?
    Primero, asegurando los bienes materiales imprescindibles para la vida: alimento, vivienda, salud, educación, cultura, deporte, recreación, a cambio de su trabajo.
    Y ello sólo es posible a través de la gestión social de la producción y la distribución.

    2. Las masas son el factor esencial en el proceso de cambios.
    Unidad y organización del bloque social político de los cambios para disputar la hegemonía y el poder. He ahí la tarea.

    Sin la comprensión, conciencia, la fuerza,  movilización y la participación militante de las masas, no habrá futuro para las clases subalternas.
    ¿Cómo llevarlo a la práctica, a la vida cotidiana?
Pues surge inmediatamente el problema: Es imposible un estado de “Asamblea Permanente” de los ciudadanos para resolver cada paso.
    7,400 millones de habitantes en el mundo
    En Uruguay, solamente 3,5 millones
    Una ciudad de 50 ó 10 mil habitantes
¿Como practicar la democracia con la máxima participación para tomar decisiones colectivas?

1, Hay que delegar y controlar
2, Hay que activar la Comuna Local

    ¿Y como nos aproximamos a ese objetivo? No es sólo una batalla política e ideológica, que lo es, sino un combate cuerpo a cuerpo en el campo económico, en la base económica de la sociedad. Llevada a la vida cotidiana, cada individuo, cada hogar, cada comunidad o colectivo dispuesto a disputar la propiedad, la gestión social, la participación democrática en cada instancia, apropiarse de los mecanismos del poder, desde la comunidad en el territorio, en el trabajo, hasta el ámbito nacional.

    Existe un alejamiento de La Política, de la vida cotidiana de la gente.
Las medidas del gobierno, el programa y la estrategia que discute el Partido, corre por carriles diferentes  a las necesidades cotidianas de la población, de los trabajadores.
    No estamos discutiendo y resolviendo en cada lugar, la pobreza y la indigencia, el alimento y el trabajo, la vivienda, la salud, la educación, para salir entre todos, en común, con la comunidad organizada, sino que le pedimos que nos planteen sus problemas, que “nosotros” los resolveremos. Comisiones, multitud de técnicos, planes, años de estudio en las distintas reparticiones del Estado, millones de dólares gastados en eruditos “informes de la situación”, diagnósticos siempre discutidos y discutibles, todos con una condición: la total ausencia de los interesados y la sociedad civil, de aquellos que conviven todos los días con los problemas, la propia comunidad; por el contrario, la solución suele traerse de afuera, vía ONG o alguna otra ligada a la responsabilidad social empresarial, que vuelve a poner el acento en la iniciativa privada.
   NO, para nada, la gestión social, la solidaridad, los propios interesados aprendiendo a través de su propia experiencia y el derecho, derecho si, a equivocarse y rectificar sus propios errores, de pensar, hacer y ayudar al que más necesita, construyendo su destino.
Ese es el rumbo.

Pueblos y gobiernos de América Latina.
    Partidos, organizaciones sociales y masas movilizadas.
    Planificación, complementación productiva basada en las inmensas riquezas naturales de la región.
Empresas de propiedad social, cooperativa, comunitaria, mixta, incorporando también a los privados en el marco de una estrategia que privilegie la satisfacción de las necesidades humanas, donde el Estado y sus empresas promueva, apoye, facilite su consolidación.
Promover conglomerados de empresas nacionales y regionales con capacidad para competir con las multinacionales, con amplia participación de la comunidad, trabajadores y productores directos.

    ¿Como hacemos para debilitar el poder del Gran Capital, de la propiedad privada?
¿Como hacemos para promover y fortalecer la propiedad social, (pública, cooperativa, comunitaria, etc.)?
    La multiplicación de la riqueza de unos pocos -mostrada impúdicamente-, solo puede ser  detenida terminando con la apropiación privada  de la producción social.

Con la destrucción del aparato burocrático militar. Es decir apelar a la educación de las masas. Masas concientes para la lucha.

Para el caso uruguayo, nos advertía el General Seregni:

“..o la oligarquía liquida al pueblo oriental, o el pueblo oriental termina con la oligarquía.”

Construir el futuro: tal es nuestra vocación y nuestro deber.

    “No debemos  engañarnos afirmando que se trata de una tarea fácil. En cada encrucijada histórica siempre están los que optan por el mal menor, por la seguridad mediocre, por el camino del medio, que no lleva a ningún lado. Pero también están presentes quienes no se resignan a sufrir la historia, sino que están dispuestos a crearla. Son los que convierten en posible lo imposible, son los que logran demostrar que, en ciertas circunstancias, resignarse equivale a traicionar” .1 (Seregni, 1971)

Y García linera  nos dice, más acá en el tiempo: La economía es decisiva:

“..., cuando uno es opositor importa más la política, la organización, las ideas, la movilización, acompañada de propuestas de economía más o menos atractivas, creíbles, articuladoras.
Pero cuando uno es gestión de gobierno, cuando uno se vuelve Estado, la economía es decisiva.
Y no siempre los gobiernos progresistas y los líderes revolucionarios han asumido la importancia decisiva de la economía cuando se está en gestión de gobierno.
La base económica de cualquier proceso revolucionario es la economía.
Cuidar la economía, ampliar los procesos de redistribución, ampliar el crecimiento, eran también las preocupaciones de Lenin allá en 1919, 20, 21, 22, cuando pasado el comunismo de guerra tiene que afrontar la realidad de su país destrozado.
Ha resistido la invasión de siete países, ha derrotado a la derecha, pero hay siete millones de personas que han muerto de hambre.
¿Qué hace un revolucionario, qué hace Lenin? La economía.
Todos los textos de Lenin después del comunismo de guerra es la búsqueda de un lado y del otro de cómo restablecer la confianza de los sectores populares, obreros y campesinos, a partir de la gestión económica, del desarrollo de la producción, de la distribución de la riqueza, del despliegue de iniciativas autónomas de campesinos, de obreros, de pequeños empresarios, incluso de empresarios, para garantizar una base económica que de estabilidad, que de bienestar a su población”2 Alvaro Garcia Linera -UBA 27/05/2016

 ¿Cómo instrumentar una batería de medidas asentadas en la comunidad que promueva trabajo, vivienda, salud, educación, cultura, deporte, para incorporar, esencialmente  a niños y adolescentes, a una nueva cultura de participación, solidaria y en libertad?

La Participación es imprescindible.
La Comunidad puede ser una herramienta ideal para la participación.
    Donde se promueva y apoye a la comunidad, que por si misma vaya encontrando los caminos de salida, junto a las organizaciones sociales y gobiernos locales, sustituyendo la cultura asistencialista a través de ONG. Seguramente la sinergia de los vecinos con las múltiples organizaciones sociales (barriales, deportivas, sindicales, culturales, de escuela y liceos, de jóvenes, de la tercera edad, etc.), comercio, industria, cooperativas locales,  instituciones de gobierno local y nacional, serán más eficientes y menos costosas que los grandes programas digitados desde arriba con una filosofía “asistencial” y no de “educar para la libertad”.

    Con unos pocos pesos más de asistencia, una persona, una familia sale de la miseria  o la pobreza, para la estadística, pero si no tiene acceso a un trabajo, a la cultura, educación, nuevos hábitos,  algo tan importante como la vivienda, no podrá avanzar hacia una vida plena y libre.