Apuntes sobre Haití.
Sebastián Castillo

Hacía tiempo que no encontraba una coincidencia con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuando dijo sobre Haití, palabras más, palabras menos; “Todos los países tienen que ayudar ante esta contingencia, pero por sobre todo los países  que tienen algo que ver con el presente de Haití”. Supongo que se refiere principalmente a EEUU, Francia, Gran Bretaña y España.

Habría que ahondar en la historia de este pueblo para entender el alcance de las palabras de la presidenta argentina.

No nos olvidemos que Haití fue el primer país en abolir la esclavitud y que Francia le cobró por su Independencia la “módica” suma de 150 millones de francos oro, lo que equivaldría hoy a unos 22.000 millones de dólares, amén de las vidas haitianas que le costaron a esta pequeña isla.

Deberíamos hablar sobre los franceses, ingleses y los estadounidenses en un período que abarca  desde la colonización, su posterior Independencia  en 1804 hasta llegar a la actualidad. Por ejemplo, en 1915 Estados Unidos encontró una “buena razón” para intervenir hasta 1957.

 Asimismo no podemos dejar de recordar las matanzas indiscriminadas de los Tontón Macoute, la fuerza represiva y delictiva del presidente François Duvalier (Papa Doc), responsable de la matanza y desaparición de unos 150.000 haitianos, casi la misma cantidad de las muertes estimadas por este terremoto.

Luego de Papa Doc, llega su hijo Jean-Claude Duvalier (Baby Doc), igual o peor que su padre, y continua la historia con todos los golpes de estado, pasando por el presidente Jean-Bertrand Aristide, hasta llegar al ineficiente gobierno actual de René Preval.

Basta repasar someramente algunos datos  para darnos cuenta de la realidad y porqué suceden las cosas.

Hasta el año 2007 Haití tenía una población de 8.706.497 habitantes. El 95% de los haitianos son principalmente de ascendencia africana y el restante 5% está compuesto por blancos y mestizos. El idioma oficial es el francés. La esperanza de vida es de 57 años. El promedio de hijos por mujer es de 4,86 (el promedio más alto del continente americano). La tasa de crecimiento poblacional es del 2,45% por año. Tan sólo el 52,9% de la población está alfabetizada.  Aunque Haití promedia cerca de 270 personas por km², su población está concentrada más fuertemente en las zonas urbanas, planicies costeras y valles.

La religión principal es la católica, practicada por el 60% de la población haitiana.

Yo agregaría sobre tema, que,  últimamente han ganado espacio las “religiones” provenientes de EEUU y otros países, en detrimento de la Iglesia Católica Apostólica Romana.

Lo que  explica también además de la ONU y sus socios, la gran cantidad de presencia internacional en el país.

 También hay un grupo de protestantes, que forman la minoría religiosa más importante del país.  Además está el “Vudú”, que convive religiosamente y culturalmente en lo cotidiano.

Hablar de economía es hablar de un 40 % de remesas provenientes de los haitianos que viven en el exterior, otro porcentaje importante la recibe de la ayuda exterior, dejando  un porcentaje muy pequeño, a lo que genera internamente, que básicamente se trata de pequeño comercio informal y una agricultura de subsistencia que ha depredado al país, con la tala indiscriminada de bosques.

El índice de pobreza ronda un 80 %, con un ingreso por habitante aproximado de U$S 2 diarios. Además tiene el triste privilegio de tener uno de los mayores índices de portadores de HIV del mundo.

Pensar la magnitud de lo que causo este terremoto, es redundante, las  cadenas televisivas hoy están inundando nuestros hogares.

El terremoto principalmente desbasto Puerto  Príncipe, aunque no sabemos porque la información que llega se circunscribe a la capital, es posible que haya otras ciudades afectadas.

Ahora lo importante es palear la situación actual lo mejor posible,  es tratar de buscar las oportunidades que puede tener este pequeño país desbastado, quizás lo tristemente paradójico sea que este terremoto da la oportunidad a Haití, de empezar de nuevo con la ayuda de la ONU, junto a las principales potencias y con la participación de los países emergentes.

Haití debe reconstruirse, mano de obra sobra, la voluntad de ayudar genuinamente existe, aparentemente…

Un punto no menor para llegar a buen fin, sea además de la ayuda internacional, la aparición de líderes locales bien intencionados, que guíen al pueblo haitiano en esta cruzada.

18/01/2010

*Datos obtenidos en Wikipedia.