Buscando como comenzar esta recopilación, descubrí, tratando de releer a Arismendi, estas palabras del maestro Hugo, como le decíamos en el “mojón 301”:
“Podríamos decir que a lo largo de toda su historia se han puesto en boca de los comunistas afirmaciones, opiniones y definiciones que poco tienen que ver con la correcta versión de su doctrina.”(1)
Hemos leído relatos múltiples sobre la historia de estos últimos decenios, desde distintas posiciones políticas e ideológicas. Hemos escuchado los más diversos y deformados matices sobre nuestras ideas, actitudes y versiones de hechos que nos tuvieron como protagonistas.
De ahí, la necesidad de evocar, dar un espacio y oportunidad a generaciones de comunistas que contribuyeron a crear, y son parte, del Uruguay del presente.
Hacer conocer las ideas que sostuvimos, por nuestros propios dichos, no sólo por lo que otros dicen que somos o fuimos.
Sobre el contenido del libro “Los comunistas uruguayos tienen buenas razones para resaltar la historia de su partido a partir de 1955, pues realmente iniciaron un proceso que los convirtió, ya a comienzos de los sesenta y por unos treinta años, en el más sólido y poderoso referente de la ascendente izquierda uruguaya, dejando en ella su impronta y contribuyendo a configurar una nueva cultura política. Junto a militantes de otras procedencias, fueron pilares decisivos en unidad sindical, la alianza obrero-estudiantil, la construcción del Frente Amplio, la resistencia organizada a la dictadura y la posterior redemocratización.
Lenin escribió hace poco más de un siglo, en febrero de 1902: ¿QUE HACER?. Un momento de profundos cambios en el mundo, grandes debates en el movimiento comunista internacional. Dentro del gran atraso que vivía la Rusia Zarista, se van dibujando las fuerzas que la removerán desde sus cimientos.
100 años, y nuevamente el mundo conmovido por grandes acontecimientos, la caída del socialismo soviético, la revolución científico-técnica, el poderío de las transnacionales -lo que se llamó imperialismo y hoy globalización- el mundo unipolar, nuevamente, ahora a través de un super-estado -con un poderío militar inmenso, la primera economía del planeta en un desenfreno de consumo y especulación, arrastrando el mayor déficit fiscal y comercial de su historia.
¿Se deben "copiar" los planteos de 1902? ¿Obviar la experiencia de esos acontecimientos? ¿O tratar de aprender de la experiencia y el método que utilizaron los viejos maestros de la revolución?