El Chasque 128
8/03/2024

La chispa de la revolución contra la autocracia en Rusia
Si el Día de la Mujer nació de las luchas sociales y políticas, su celebración en Rusia en 1917 fue el germen de la revolución de Febrero y la caída de la autocracia. Recordemos que según el calendario juliano vigente en el Imperio Ruso el 8 de marzo corresponde al 23 de febrero.”  (8 de Marzo -María Luisa Battegazzore)

“En 1917, el 8 de marzo, Día de las Mujeres Trabajadoras, ellas salieron bravamente a las calles de Petrogrado. Las mujeres -algunas trabajadoras, otras esposas de soldados- reivindicaban ‘pan para nuestros hijos’ y ‘retorno de nuestros maridos de las trincheras’», escribió tiempo después Alexandra Kollontai y agregó: «El Día de las Mujeres Trabajadoras de 1917 se volvió memorable en la Historia. Ese día las mujeres rusas levantaron la antorcha de la revolución proletaria e incendiaron todo el mundo”.

A comienzos de 1917 la ciudad de Petrogrado (hoy San Petersburgo y en ese entonces capital de Rusia) era una urbe devastada. El país estaba inmerso en la Primera Guerra Mundial lo que había generado, desde su comienzo en 1914, que el precio del carbón se multiplique por cinco y el de los alimentos por siete.

Casi la mitad de la clase obrera de la ciudad eran mujeres. El número se había incrementado porque muchos hombres estaban en el frente. Además de trabajar en sectores «tradicionales» para el género femenino de la época como la industria textil, cuero y caucho, habían accedido a otras tareas antes exclusivas de los varones: los tranvías, las imprentas y la industria metalúrgica, entre otras.

En ese contexto el 23 de febrero/8 de marzo, por la mañana comenzó una huelga de obreras textiles. La protesta fue ganando adhesión y, al finalizar la jornada, 90 mil personas, varones y mujeres, habían parado sus actividades. El gobernador de la ciudad, Alexander P. Balk, escribió: “Al retirarse, el general Goblachev me informó, una vez más, de que la manifestación del día era un completo misterio para él y que era posible que nada ocurriera al día siguiente”.

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Recordamos hoy, 8 de marzo el pensamiento de algunas mujeres que lucharon por la liberación de los trabajadores, y desde ese punto de vista la doble condición de explotada de la mujer trabajadora, su lugar en la sociedad y en el proceso revolucionario.

Reflexionemos con ellas sobre las ideas y los sueños, que empujaron a aquellas mujeres pioneras (no las únicas por suerte), a dedicar su vida a la lucha por la Libertad, por una Democracia para todos, en especial para los “nadies”, los olvidados, los explotados.

Estos textos reafirman los principios revolucionarios que las movieron, pero a la vez, muestran un gran apego a lo concreto, a los problemas y necesidades que apremian a las mujeres de su tiempo. Nunca dejan de lado los problemas reales, ya sean los inmediatos percibidos por todos, como los ocultos que esconden las ideas dominantes, traídos a la luz junto a las soluciones de fondo, la conciencia de la necesidad de un nuevo orden social.

Como en toda referencia a experiencias e ideas del pasado, hay que tener cuidado de no trasladar mecánicamente planteos de hace 100 años, a la realidad del presente. A la vez, atención para no descartar lo que aquellas ideas tengan de vigente. “No tirar al niño, junto con el agua sucia de la bañera”. Sobre todo porque muchos de los elementos manejados en los diferentes artículos, hoy todavía están por realizarse, en el debe de las “democracias” occidentales.

Incluimos un artículo de Lenin, que en el segundo aniversario de la revolución (en noviembre de 1919) toma como eje de su discurso, nada menos que a la mujer y la democracia:

La burguesía y sus partidarios nos acusan de violar la democracia. Nosotros afirmamos que la revolución soviética ha dado un impulso sin igual en el mundo al desarrollo de la democracia en amplitud y profundidad…

¿Quién tiene razón?
…La situación de la mujer muestra con singular relieve la diferencia entre la democracia burguesa y la democracia socialista y responde con particular claridad a la pregunta planteada.
En la República burguesa (es decir, donde existe la propiedad privada sobre la tierra, las fábricas, las acciones, etc.), aunque se trate de la República más democrática, la mujer no ha sido plenamente equiparada en derechos en ninguna parte del mundo, en ningún país, ni aun en el más avanzado.

…De palabra, la democracia burguesa promete igualdad y libertad. De hecho, las repúblicas burguesas, por avanzadas que sean, no han dado a la mujer, que constituye la mitad del género humano, plena igualdad con el hombre ante la ley, ni la han liberado de la tutela y de la opresión del hombre.” (Lenin, Noviembre 1919)

Reflexionemos con Nadezhda Krúpskaya quien en ya 1899 nos decía: