HOMENAJE A WLADIMIR TURIANSKY, VERSIÓN TAQUIGRÁFICA EN LA MEDIA PREVIA DEL MARTES 8/12
SEÑOR CARÁMBULA.- Señor presidente: hoy queremos homenajear a una extraordinaria personalidad de nuestro país, que falleció el pasado jueves a la edad de 88 años. Nos referimos al ingeniero Wladimir Turiansky.
Cuando homenajeamos al ingeniero Turiansky, rendimos tributo, sin duda, a uno de los grandes constructores de la mitad del siglo XX hasta ahora, en la perspectiva hacia el futuro.
Cabe recordar la enorme paradoja de que hace treinta años, en febrero de 1985, cuando se restablecía la democracia y esta casa reabría sus puertas, Wladimir Turiansky seguía preso. Estuvo preso hasta los primeros días del mes de marzo de 1985 –casi diez años de prisión– por un único delito que era su pensamiento y su compromiso con la clase obrera, con los trabajadores, con el pueblo.
Salió de la cárcel a la vida democrática con una gran serenidad y, cobijado por el pueblo cubano, se restableció en su salud frágil y volvió a su país comprometido como siempre.
Señor presidente: en apenas cinco minutos es muy difícil señalar o reseñar la vida de este extraordinario luchador, por lo que nos referiremos solo a tres facetas.
En primer lugar, era hijo de obreros de origen ruso nacidos en la Argentina y radicados aquí producto de las persecuciones del otro lado del río.
Turiansky fue estudiante de electricidad en la Universidad del Trabajo del Uruguay. Ingresa a trabajar en la UTE y se recibe de ingeniero industrial en la Universidad de la República.
Su primera gran faceta es la del compromiso de los trabajadores con la empresa pública, y no solo el compromiso del trabajo sino también del pensamiento. En ese sentido, uno de sus principales aportes teóricos fue el libro sobre la UTE, así como el hecho de subrayar lo que es el rol de los trabajadores fundamentalmente en etapas difíciles; y al respecto destacamos el rescate que hacía Turiansky de la actividad de los trabajadores de la UTE cuando la central hidroeléctrica, a raíz de todos los factores climáticos de 1959, estaba seriamente amenazada. Los trabajadores fueron parte fundamental de su defensa y a la hora de la reanudación de las tareas.
Ante todo, entonces, destacamos su compromiso con el trabajo y con la empresa pública. Él decía que, quizá, una de sus carencias fue no haber podido aplicar su rol de ingeniero industrial en la UTE, porque durante la militarización del ente en 1968 fue perseguido y destituido.
En segundo término, queremos señalar que fue constructor de la unidad de la clase obrera, de los trabajadores. Así quedó de manifiesto en el Congreso del Pueblo, la primera convención que instala la Convención Nacional de Trabajadores –la CNT– de la que fue su vicepresidente nada más ni nada menos que junto a José D’Elía, entre tantos otros trabajadores de todas las vertientes del movimiento sindical que hicieron posible la unidad de la clase obrera, de la clase trabajadora con el pueblo y construyeron una unidad indestructible que, a nuestro entender, constituyó uno de los factores más importantes de madurez del pueblo uruguayo.
En tercer lugar, queremos destacar su rol de constructor de la unidad del Frente Amplio, consecuente con la postura de su partido, el Partido Comunista del Uruguay de 1955. En sus bases programáticas y camino a la unidad de la izquierda –diría, a la unidad de la izquierda sin exclusiones–, fue un hombre fundamental en esa construcción de la unidad del Frente Amplio, y fue electo diputado en el período 1972–1973. Turiansky es, entonces, uno de los grandes constructores –junto a otras personalidades que dejaron a un lado cada una de sus características para abocarse a esa tarea– de esta formidable herramienta política que tienen los uruguayos en esa estructura de partidos democráticos tan importantes.
En los últimos tiempos y a pesar de su quebranto de salud, siguió militando desde las bases, aportando pensamiento, ideas, autocrítica y, sobre todo, profundización hacia el futuro.
Señor presidente: hoy queremos homenajear a un constructor pacífico, humilde, unitario y digno, a un constructor de pensamiento y de una entereza ética sin par, comprometido hasta el final. Tuvimos oportunidad de conversar con él hasta pocos días antes de su fallecimiento, y mantenía la dignidad, la esperanza y el compromiso con una sociedad más justa, más humana y más solidaria.
Solicito que la versión taquigráfica de mis palabras sea enviada al PIT–CNT, a la Agrupación de Trabajadores de UTE, a la UTE, a la familia de Turiansky, al Frente Amplio y al Partido Comunista del Uruguay.
Muchas gracias.