Julio Castillo

El Chasque 119
5/01/2024

Entendemos importante el intercambio de ideas, el debate político, ideológico y cultural en la izquierda como forma de encontrar y construir los caminos para la superación del sistema capitalista. Es la condición mínima para decirse o definirse de “izquierda”. De no existir esa condición, es en definitiva sostener la teoría del fin de la historia y la muerte de la ideología.

Y el señor López D’Alesandro afirma lo siguiente:
Entender que los procesos son progresivos, que no hay asaltos al cielo, que hay construcciones inevitablemente hechas de manera colectiva por reformas constantes y profundizaciones de la democracia fundadas en la tolerancia y en la aceptación de las diferencias. Pienso que en las izquierdas, a escala global, son las concepciones las que triunfaron. Algunos todavía no se dieron cuenta, pero tiempo al tiempo”.

Es toda una definición ya realizada en la tesis propuesta por el reformista y socialdemócrata Berstein publicadas en el órgano del PSD “Neue Zeit” en los que trató de refutar las premisas básicas del socialismo científico y abrió el debate en el movimiento revolucionario. (En su obra Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia (1899)

En el texto “Reforma o Revolución”, Rosa Luxemburgo confronta esta visión totalmente reformista y alejada de la idea del cambio revolucionario.

Berstein cuestionó la afirmación marxista de que el capitalismo lleva en su seno los gérmenes de su propia destrucción, y que no puede mantenerse para siempre.

Negó la concepción materialista de la historia, la creciente agudeza de las contradicciones capitalistas y la teoría de la lucha de clases.

Llegó a la conclusión de que la revolución era innecesaria, que se podía llegar al socialismo mediante la reforma gradual del sistema capitalista, a través de mecanismos tales como las cooperativas de consumo, los sindicatos y la extensión gradual de la democracia política.

El PSD debe transformarse de partido para la revolución social en partido para la reforma social”.

El Sr López D’Alesandro miente
El Sr López D’Alesandro afirma falsamente, desde la arrogancia, que:

“… profundizaciones de la democracia fundadas en la tolerancia y en la aceptación de las diferencias. Pienso que en las izquierdas, a escala global, son las concepciones las que triunfaron. Algunos todavía no se dieron cuenta, pero tiempo al tiempo”.

¿Donde triunfaron esas supuesta concepciones y cuáles serían esos ejemplos? ¿Será que no nos dimos cuenta? Al parecer es así. Algunos no nos dimos cuenta que la salida es conformarnos con intentar reformar el capitalismo, hacerlo menos agresivo, menos explotador, más humano porque estamos ciegos o enceguecidos por la “ortodoxia” bolchevique. Es evidente para él que el problema no es el capitalismo, sino los comunistas. De haberlo sabido nos hubiéramos ahorrado tanto sacrificios en vidas perdidas por intentar construir un mundo más justo y humano.

Los gobiernos socialdemócratas europeos no cambiaron el sistema capitalista y hoy más que nunca podemos comprobar su fracaso. A lo largo de la historia se caracterizaron por traicionar sistemáticamente los intereses de los trabajadores, apoyar incondicionalmente las guerras y ser siempre aliados de EEUU en todos los conflictos militares.

Pretender “gestionar” (como una empresa) los aspectos negativos del capitalismo, realizar “reformas” que lo “humanicen”, conciliar la contradicción antagónica entre el capital y el trabajo es de un gran infantilismo o demagogia.

Todo aquellos países que han sido ejemplos de gobiernos “socialdemócratas”, de supuestos logros de equidad material, de construcción del Estado de bienestar y de avances democráticos, fueron poco a poco, desmantelados por la crisis económica del capitalismo, el avance del neoliberalismo y la actitud condescendiente de los partidos socialdemócratas frente a la misma permitiendo el desarrollo de condiciones para el avance de la ultraderecha.

Esos gobiernos democráticos, llenos de equidad y bienestar social sostuvieron en forma permanente el saqueo de sus viejas colonias africanas que hoy, hundidas en la miseria, empujan a miles a migrar hacia esos países agregándole un componente más al conflicto a la crisis que vive Europa.

La explotación de años sobre el continente africano, el fracaso de los movimientos de liberación nacional para construir una nueva alternativa al colonialismo derivó a la conformación y consolidación de corrientes religiosas islámicas de carácter radical que a su vez alimentan el odio y la excusa ideal para las propuestas neofascistas que avanzan y se materializan en el viejo continente.

Si crece la torta hay más para repartir.
Viejo argumento de la socialdemocracia que funcionó gracias a una renta alta generada y una distribución de parte de esa riqueza hacia las clases subalternas para garantizar el acceso al conjunto de beneficios sociales considerados derechos básicos humanos.

Sin embargo hoy no tiene posibilidad de prosperar en el marco de la actual crisis del sistema capitalista que enfrenta la caída sostenida de las ganancias y por otro lado necesita crear condiciones para seguir reproduciéndose. Las crisis del capitalismo siempre significaron destrucción de bienes, mercados, fuerza de trabajo como forma de reiniciar nuevamente el ciclo de reproducción, y ante la imposibilidad (por ahora) de desencadenar una guerra global, promueve guerras regionales y avanza contra toda barrera democrática, derechos adquiridos en la sociedad y movimiento popular que le impida hacerlo. Lo vemos en forma radical y violento en Argentina con las leyes impulsadas por el gobierno de Milei.

Lo vimos también en Francia y Uruguay en el marco de la reforma de la seguridad social donde el peso del ajuste cae sobre los trabajadores. No solamente van a cobrar menos, sino que deberán de trabajar más años. El capitalismo necesita apropiarse de los dineros destinados a cubrir las necesidades sociales y exprimir al máximo para obtener alguna rentabilidad. Y en este sentido vemos que hay sectores del FA llamados renovadores que coinciden con la existencia de las Afap, es decir, con la gestión de fondos jubilatorios en manos privadas y que cobran una comisión. En lenguaje común, lucran con el dinero ajeno.

Dentro del Frente Amplio existe sectores que sostienen esa idea de volver a repetir la experiencia de construir un Estado de Bienestar, como se intentó hacer en los gobiernos del FA, por medio del impulso de la inversión directa de capitales privados para generar crecimiento de la torta y poder repartir. Los llamados “renovadores” o supuestamente “izquierda democrática” según el Sr. López D’Alesandro, no se proponen ningún “asalto al cielo”, solo reformas que aproximen a la justicia social.

Parece ser que el Sr. López D’Alesandro se olvidó de cómo y quienes fundaron el Frente Amplio, cómo se gestó la unidad en la lucha en torno a un programa para el cambio y no simplemente electoral (“que desplazara a la oligarquía en el poder y pusiera el pueblo a gobernar”) algo que le preocupa y mucho su existencia ya que es un “corset”, según él, para los candidatos o un posible gobierno del FA. No tenemos claro para que se discutió el programa si la propuesta “renovadora” y “democrática” es no respetarlo. ¿Es el objetivo licuar el carácter revolucionario del FA y transformarlo simplemente en un “partido electoral”? Si sacamos de arriba de la mesa la idea de impulsar cambios estructurales al sistema, para qué queremos Frente Amplio? Hay que recordar que el FA no nació para “mantener el actual estado de las cosas”, sino para cambiarlas. Fuimos y somos subversivos. Nacimos para subvertir el orden de las cosas, para revolucionarlas.

¿Será que la propuesta “renovadora” es transformar al FA de partido para la revolución social en partido para la reforma social?
El viejo oportunismo siempre aparece cuando es necesario dividir a las fuerzas progresistas.

López D’Alesandro señala en la entrevista:
-“Toda la ortodoxia está alrededor de Carolina Cosse: comunistas, socialistas, el Partido por la Victoria del Pueblo. La ortodoxia más rígida, más dura, más vieja la apoya”.

Este comentario es injusto con el Nuevo Espacio que se conformó en Partido Socialdemócrata y que también apoya a Carolina Cosse.

Más allá de nuestra preferencia por uno u otro candidato señalamos que el intento de encasillar a Carolina Cosse dentro de una supuesta “izquierda ortodoxa” y por lo dicho, “no democrática”, es de una gran bajeza, mezquindad y oportunismo. Sería lo mismo si repetimos, como dice Manini Ríos, que Bergara está rodeado por la “izquierda caviar”.

Hablando de la izquierda ortodoxa más rígida, más vieja, más dura se olvidó que precisamente esos estuvieron en primera fila en la lucha contra la dictadura y en defensa de la “democracia liberal”. Casualmente fueron esos integrantes de la izquierda “ortodoxa” “de esa izquierda “no democrática” los que regaron con sangre la reconquista de la democracia.

Basta ver la lista de quienes fueron detenidos, asesinados y desaparecidos a partir de 1973 hasta la caída de la dictadura.

No tenemos claro a quién le hace el mandado y lamentamos que Banderas de Líber (formada e integrada por ex comunistas) apoye este estilo donde se trata de “asustar con el cuco de los radicales”. El querer instalar una falsa división entre “ortodoxos” y “renovadores” es jugar a la división y es a su vez pretender protagonismo mostrándose como el fiel de la balanza dentro del Frente Amplio. Por otro lado sorprende la complacencia en la opinión sobre la evolución del MPP y su autocrítica. Suena más a un intento de arrimarse a un supuesto triunfo de Orsi, para ver si pescan algún cargo en un futuro gobierno del Frente Amplio. Por lo menos es lo que da a entender.

Lo concreto es que el historiador e investigador y supuesto frenteamplista López D’Alesandro, coincide con Álvaro Delgado cuando este último señala al Frente Amplio como el peor de todos porque está en manos de los sectores radicales.

Trae una frase de un viejo imperialista y gran anticomunista para explicar algo que sucede hace tiempo:
Como decía Winston Churchill: “En política inciden muchos factores, pero al final, querida, lo que cuenta son los votos”. Se va a resolver por la decisión de la gente.

Desde que hay elecciones internas en el Frente Amplio los resultados hablan. Hace rato que los votos cuentan. Las fuerzas mayoritarias son el PCU y el MPP, y en las elecciones nacionales también se da el mismo resultado. Por otro lado vale recordar que Danilo Astori, un referente de los “renovadores” (según Bergara “aprendió con él”) llegó al parlamento por la lista 1001, es decir de la mano de los “comunistas” por ser la más votada en 1989. Por lo tanto, el esfuerzo por presentar a estas corrientes de izquierda como “ortodoxas, radicales, duras” y de “aparato” es totalmente falso. Poner en duda los resultados de las elecciones en el FA no es muy democrático ni muy renovador que digamos.

Pero debemos darle la derecha porque en definitiva el viejo Churchill tenía razón , “… lo que cuenta son los votos”. Se va a resolver por la decisión de la gente”.

Este reportaje da para mucho más y antes de terminar nos interesaría saber de que se trata la “renovación”. Se habla mucho de ella pero no se sabe bien de que se trata. Podemos intuir o deducir, pero no hay un planteo claro que se quiere renovar. Supongo que se trata de diferenciarse de la izquierda “ortodoxa”, es decir, la estrategia y táctica es a partir de lo que hagan estas fuerzas radicales y no por tener un objetivo propio.

Se señala que ya pasó de moda hablar de imperialismo y su accionar desestabilizador como teoría conspirativa. Es muy de los años sesenta.

Según López D’Alesandro hoy no existe indicio del carácter imperialista de EEUU ya que no tiene ninguna pretensión de dominación. Son puras teorías conspirativas, principalmente la última declaración de la comandante Laura Richardson de las fuerzas de militares del Comando Sur sobre las riquezas de América Latina y su importancia para la seguridad nacional de los EEUU. No sabemos si tiene opinión sobre el proyecto de ley para instalar posibles bases militares en Uruguay.

El imperialismo no es una denominación a voluntad. No todos los países son imperialistas por el hecho de que invadan a otros. Es confundir y ocultar el verdadero carácter del imperialismo. EEUU es la cabeza visible del imperialismo luego de la 2ª Guerra Mundial (las grandes corporaciones y monopolio lo eligieron para que fuese el guardián de sus intereses) siendo una denominación y categoría económica que define la fase superior del capitalismo. Más allá que repudiemos la ocupación del Donbás y Crimea en Ucrania por parte de Rusia y los ataques de Hamas a Israel, no podemos comparar y hacer tabla rasa con la invasión a Palestina por parte del Estado de Israel, hoy gobernado por una coalición fascista y colonialista. No todo es igual y da lo mismo.

Por último, lo que llama la atención es dónde dice todo lo que dice. El diario El País fue vocero de la dictadura y es vocero actualmente de los sectores más conservadores y reaccionarios; ultracatólicos y antidemocráticos, la casta económica, que apoyaron la reforma de la Constitución de la dictadura, y no dudarían en violar nuevamente las instituciones democráticas si ven que están en peligro sus privilegios.

Con este reportaje, el renovador López D’Alesandro evidentemente juega para la derecha, y como en política no existen las casualidades, esto levanta muchas sospechas.