El Período de Transición

Debilidades del progresismo
¿La supresión de los abusos del capitalismo o la supresión del propio capitalismo?

Ruben López
El Chasque 121
19/01/2024

La república burguesa más democrática ha sido siempre, y no podía ser otra cosa que una máquina para la opresión de los trabajadores por el capital, un instrumento del Poder político del capital, la dictadura de la burguesía. La república democrática burguesa prometía el Poder a la mayoría, lo proclamaba, pero jamás pudo realizarlo, ya que existía la propiedad privada de la tierra y demás medios de producción.

La «libertad» en la república democrática burguesa era, de hecho, la libertad para los ricos. (Lenin-LA TERCERA INTERNACIONAL Y SU LUGAR EN LA HISTORIA- Mayo de 1919.)

El domingo 21 de enero se cumplen 100 años de la muerte de Lenin, su legado es inmenso, por su compromiso, por su capacidad de unir teoría y práctica, por sus lecciones como conductor, pero más que nada porque nos enseñó a pensar con cabeza propia, a no guiarse por la letra muerta sino por el análisis en el lugar y momento concreto, sin caer en el espontaneísmo, “no hay práctica revolucionaria sin teoría revolucionaria”.

Hay algunas guías para los tiempos que corren en Nuestra América y la frase que encabeza este artículo debe estar siempre en nuestra mente, si lo que deseamos son cambios profundos en la sociedad, para que quienes gobiernen sean los que trabajan, los que producen la riqueza.

Hasta que los explotados no comprendan su condición no será posible superar el sistema que los oprime.

Los orientales, deben encontrar el núcleo de ideas, que apunten a la superación de un sistema ya caduco, todo un período de reformas y medidas concretas hacia un objetivo final, por un camino, la revolución democrática, que la burguesía no es capaz de encabezar y deben hacerlo los trabajadores.

¿Por qué el FA (en sus años de gobierno) no promovió la participación, allí donde las masas hacen su experiencia, se forja la conciencia, se fortalece la unidad, la organización y la capacidad de movilización en defensa de los intereses de los sectores populares?

Si no somos capaces de reconocer que el poderoso conglomerado que gobierna el mundo no permitirá el ascenso de los trabajadores y los sectores medios de la sociedad por razones de sobrevivencia, se truncará el proceso de liberación.

Romaric Godin nos señala un elemento central que debemos tener en cuenta al definir la estrategia y el programa de la izquierda, para “elegir el bienestar de los trabajadores” y no “el beneficio de los capitalistas”. Y el hecho no por repetido menos importante de resaltar que “la clase obrera decida construir un sistema alternativo”, junto a sus aliados.

“Aquí es donde vemos la pertinencia del pensamiento de Grossman en su voluntad de vincular la lucha «cotidiana» con la lucha «estructural». Después de una lucha muy intensa contra la reforma de las pensiones en Francia, parece, como Grossman señaló hace casi un siglo, que cada vez es más difícil elegir entre el bienestar general de los trabajadores y el beneficio de los capitalistas. Tanto más cuanto que el capitalismo ha desencadenado otra crisis que el economista no había previsto, la crisis ecológica.

… Lo que describe son las condiciones objetivas de la evolución del capitalismo. Estas condiciones serían el preludio de la abolición del capitalismo sólo si la clase obrera decidiera construir un sistema alternativo. 1

El capitalismo sólo se derrumba si los capitalistas pierden la lucha de clases. En otras palabras, si, en su deseo de preservar su situación, los trabajadores se niegan a someterse a la lógica de la acumulación, al «fetichismo de la mercancía» descrito por Marx. Cada gran lucha económica se convierte necesariamente en una cuestión de vida o muerte para el capitalismo y, por tanto, en una cuestión de poder político.” Romaric Godin

La realidad nuevamente nos da argumentos. Como venimos escribiendo en artículos anteriores, es una fantasía pensar que el sistema dominante permita “el bienestar de los trabajadores”, pues sus fuerzas internas impiden cualquier forma de reparto de la riqueza (creada por quienes trabajan), que no sea para la acumulación de capital, como lo demuestran estudios recientes:

Desde 2020, la riqueza conjunta de los cinco hombres más ricos del mundo se ha duplicado. Durante el mismo período, la riqueza acumulada de cerca de 5.000 millones de personas a nivel global se ha reducido. Las penurias y el hambre son una realidad cotidiana para muchas personas alrededor del mundo.”
Oxfam. Enero de 2024

No se necesita argumentar mucho más, ante tanta evidencia.

Bernie Sanders nos dice,
“He aquí la dura realidad económica a la que tenemos que hacer frente:

Nunca antes en la historia de la humanidad un grupo tan reducido de personas había poseído tanta riqueza.

Nunca antes en la historia de la humanidad había existido una desigualdad de ingresos y riqueza de esta magnitud.

Nunca antes en la historia de la humanidad se había producido una concentración de la propiedad tan extrema.

Nunca antes en la historia de la humanidad la élite de los milmillonarios había disfrutado de tanto poder político.

Y nunca antes en la historia de la humanidad habíamos presenciado este nivel sin precedentes de avaricia, arrogancia e irresponsabilidad por parte de la clase dirigente.

En Estados Unidos, hay tres personas que poseen más riqueza que la mitad de la población con menores ingresos, mientras que el 60 % de las personas trabajadoras vive al día.”

Y concluye:
“Podemos aprovechar los avances tecnológicos y el aumento de la productividad laboral para mejorar nuestras vidas. Podemos erradicar la pobreza y aumentar la esperanza de vida.

Podemos conseguir todo eso y mucho más si logramos unir a todas las personas trabajadoras y de bajos ingresos de todo el mundo a fin de construir un movimiento internacional capaz de acabar con la avaricia y la ideología de la élite milmillonaria, y de liderar el camino hacia un mundo basado en la justicia económica, social y medioambiental.”
(Bernie Sanders Senador de Estados Unidos. enero/2024)

Esto lo proclama un senador Demócrata en USA.
¿No somos capaces de expresarlo en un programa que defienda los intereses de los trabajadores y el pueblo uruguayo?

No creamos que “acabar con la avaricia y la ideología de la élite milmillonaria”, se realizará cobrando algún impuesto (que siempre encuentran la ingeniería fiscal para evadir o eludir), que los propios gobiernos se encargan de rebajar con exoneraciones tributarias, subsidios (o directamente transferencias cuando las grandes crisis los llevan a la quiebra).

Hay que unir a trabajadores y pueblo por una democracia de la mayoría, de quienes producen la riqueza y terminar con el poder económico en manos de las grandes corporaciones que dominan el mundo.

Escuchemos a Rosa:
Visto que el liberalismo burgués ha vendido su alma por miedo a la creciente movilización obrera y a su objetivo final, llegamos a la conclusión de que el movimiento obrero socialista es hoy el único puntal de aquello que no es el objetivo del movimiento socialista: la democracia. Debemos sacar la conclusión de que el movimientos socialista no está atado a la democracia burguesa, sino que, por el contrario, la suerte de la democracia está atada al movimiento socialista.” (Rosa Luxemburgo Reforma o Revolución. Pag-38)

La revolución social, es la forma de afirmar la democracia, y quienes optan por el método de la reforma:
no optan por una vía más tranquila, calma y lenta hacia el mismo objetivo, sino por un objetivo diferente. ..Nuestro programa no es ya la realización del socialismo, sino la reforma del capitalismo; no es la supresión del trabajo asalariado, sino la reducción de la explotación, es decir, la supresión de los abusos del capitalismo en lugar de la supresión del propio capitalismo.” (Rosa Luxemburgo Reforma o Revolución. Pag-39)

Esto mismo sostienen hoy los “modernos renovadores”, de izquierda, progresistas, cuando se niegan a enfrentar las ideas dominantes, al poder económico.

Escuchamos hoy los postulados de Bernstein, casi calcados, que solamente ve el avance de las fuerzas productivas, y les hace pensar que puede desaparecer la contradicción entre capital y trabajo.

Cosa que nos alegraría mucho, si fuera posible. ¿Qué mejor que un desarrollo armónico de la sociedad, sin miseria ni explotación, sin guerras, sin hambre? Pero la realidad nos indica lo contrario, como hemos visto. Y no es bueno confundir deseos con realidades.

No ven, o no quieren verlo, que los avances productivos se transforman en mayor poder sobre la clase obrera, los asalariados y pequeños propietarios, porque cada vez con mayor fuerza, el capital -trabajo acumulado- aplasta al trabajo vivo, la fuerza de trabajo.

El obrero produce y multiplica la fuerza que lo domina, con su trabajo, que para él significa sólo el salario que consume cada día, para el capitalista es plusvalía que transforma en más capital, más poder para doblegar al proletariado.

Entonces, las noticias, reiteradas en los medios de comunicación, en informativos, videos, películas, papers, etc. sobre los avances científicos y técnicos, sobre IA, robótica y la productividad del trabajo, pueden parecer una broma para las ¾ partes de la humanidad, una cortina de humo que esconde -tras las buenas noticias- que los trabajadores tienen que trabajar más años, aportar más y cobrarán menos en los sistemas de seguridad social (Francia, Uruguay), que un 10% no llega a una comida diaria, que 4.000 millones ganan menos de 7 dólares por día, que un 1% tiene más del 50% de la riqueza en el mundo.

Parece clara la opción de los trabajadores y poco viable la de quienes defienden un capitalismo “bueno”, “como la gente”, “más humano”, sin denunciar el flagrante robo que se realiza, contra los asalariados, los trabajadores informales, tercerizados, unipersonales, pequeños negocios súper explotados, perpetrado por el Gran capital. Sin que se den cuenta, le birlan parte de su trabajo bajo las más diversas formas, como muestran las cifras escandalosas de Oxfam.

Sólo la organización de los trabajadores (formales, informales, tercerizados) puede parar esta gran maquinaria trituradora, no sólo para reivindicar mayor ingreso y condiciones de trabajo, sino para tomar conciencia y sustituir el actual estado de cosas, por un nuevo orden social, fortalecer la organización política, por nuevas formas de poder popular.

Es necesario discutir qué nuevas formas. Comenzando por mayor democracia en las organizaciones populares, sociales, políticas y en el Estado.

Al final parece funcional a las organizaciones políticas que acceden al gobierno y lo aprovechan para reproducirse. Lamentablemente la izquierda no ha sido la excepción, por lo tanto la democratización del aparato del Estado es una tarea pendiente que no admite demora. Es hora de debatirlo.

Se pueden tomar medidas, entre muchas, a vía de ejemplo:

  • el ingreso de funcionarios al Estado sólo por concurso.
  • Establecer la carrera funcional reglamentando los ascensos por méritos y concursos.
  • Facilitar el intercambio entre organismos, también en base a concursos.
  • Asimilar sueldos en las distintas reparticiones del Estado.
  • Controles de gestión, reglamentar ceses por delito, omisión, negligencia.
  • Estatutos claros que fijen derechos y obligaciones para lograr rendimiento y eficiencia, con premios y sanciones que puedan llegar al cese.
  • Limitar cargos de confianza y los sueldos, (con el espíritu de la Comuna, un militante no accede a puestos de gobierno para enriquecerse).
  • A lo sumo los cargos técnicos imprescindibles, tendrán una remuneración acorde al mercado, con contratos a término.

En cuanto a las medidas concretas para el desarrollo en el período de transición podemos tomar la definición de Rosa: “las reformas son el medio, la revolución el fin”. Nos pueden decir que es muy general, si, pero tiene algo esencial, el objetivo final es la revolución, un nuevo orden social, y esto no debe dejar lugar a ninguna duda.

Las reformas, los medios, no se pueden definir a priori, van a depender de la situación concreta, del lugar y el momento. Aquí tiene mucha importancia la organización, los dirigentes, los cuadros, militantes y bases, el liderazgo. La capacidad de “los jefes” para comprender “el momento”, trasmitirlo y llevar adelante las acciones necesarias hasta derrotar al enemigo.

Elegir “el lugar y el momento” en que nuestras fuerzas sean superiores, en cada una de las batallas que se librarán. Esto que es evidente en la guerra, no es distinto en la lucha de clases que se libra a diario. Puede ser una huelga por salarios, una elección nacional o local, la reivindicación en un barrio o localidad, por una escuela, por seguridad, en defensa del ambiente, donde se moviliza la comunidad, los derechos de la mujer.

La medida estará en las masas movilizadas, por su protagonismo y su participación en la toma de decisiones.

Hay elementos, esenciales al sistema dominante, que fijan el rumbo hacia transformaciones profundas, como ser las relaciones de propiedad.

Decía Rosa: “…en cada período histórico la lucha por las reformas se lleva a cabo solamente dentro del marco de la forma social creada por la última revolución. He aquí el meollo del problema”. Es decir, que las reformas operan en el marco del cambio estructural producido anteriormente. Por ello, hay reformas que son necesarias precisamente para mantener estable una estructura o sistema, para perpetuarla.

También es verdad que ciertas reformas pueden producir su debilitamiento o inestabilidad si modifican la función o situación de uno o varios elementos respecto a los otros. Es así que hay reformas que sin alcanzar a modificar la estructura o sistema pueden tener una potencialidad revolucionaria: todas aquellas que acrecientan el poder social, económico, político y cultural de los dominados tienen esa potencialidad revolucionaria, pero en tanto ese poder acrecentado se dirija a cambiar el orden dominante existente. Como también es cierto que toda revolución permanece y avanza con reformas. Sólo el análisis histórico- concreto puede dar respuesta a esas distintas posibilidades. ” (Beatriz Stolowicz El debate actual…pag.3)

En este momento, en Uruguay (y quizás podríamos hablar de AL), hemos planteado la necesidad de “impedir, debilitar, la acumulación y concentración de grandes capitales, a la vez que se promueve y apoya distintas formas de propiedad y gestión social”, en el sentido “que acrecientan el poder…de los dominados”.

Claro que también es genérico, no es una receta, se necesita la “apreciación del momento”, pero tiene la virtud de separar aguas: todo lo que limita la propiedad privada y promueva la propiedad social, es positivo para el proceso de acumulación de las fuerzas populares.

Es una propuesta, ideas, a debatir en la izquierda, en el FA. Fija una dirección y un sentido para el proceso de cambios, que difiere de la adaptación al sistema que se propone desde tiendas renovadoras, por un capitalismo más humano.

Cuando se dice lo que triunfó, no logramos comprender como la Socialdemocracia europea puede haber ganado, si está entregada a las multinacionales, sigue paso a paso las instrucciones de USA (en la OTAN, Ucrania, el apoyo al genocidio sobre el pueblo palestino), continúa con políticas colonialistas en Africa. Pero sobre todo, su fracaso para mantener un nivel de vida digno a la población, que viene cayendo, y da lugar al fortalecimiento del fascismo y la ultraderecha en Europa.

Por último, creemos importante decir que cuando hablamos de “promover formas de propiedad y gestión social”,

no estamos hablando de la economía social y solidaria (aunque la comprende)
incluimos la propiedad estatal o pública, cooperativa, colectiva, mixta
la formación de conglomerados (clusters) entre las distintas formas de propiedad,
donde se integren, a las anteriores, las micro, pequeñas y medianas empresas
como forma de competir con las grandes corporaciones privadas
buscar la complementación productiva, comercial, financiera, de servicios con otras empresas del Sur global, sobre todo de AL.
Plataformas-Allende, que vimos en artículos anteriores como formas de desarrollo independiente con el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

Para la próxima entrega, analizaremos Algunos aspectos programáticos en torno a las experiencias del FA y frente a la posibilidad de acceder nuevamente al gobierno.

1 Lucha de clases en el centro de la crisis capitalista –Romaric Godin